Hace 10 años, Lionel Messi marcó un antes y un después en la historia del fútbol mundial al convertirse en el futbolista que más goles anotó en un año calendario. En el 2012, el astro argentino marcó nada más ni nada menos que 91 goles. La rutina de lo extraordinario.
Con 25 años y en el prime de su carrera, el astro argentino era por escándalo el mejor futbolista del planeta (lo sigue siendo) y lo demostraba cada fin de semana, anotando goles, repartiendo asistencias y batiendo récords.
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Ese año, el por aquel entonces futbolista del Barcelona, le demostró al mundo que no era de este planeta, alcanzando una cifra anormal de goles, que nadie podrá alcanzar y mucho menos, superar.
Hasta el 8 de diciembre de 2012, esa marca se encontraba en manos del ex futbolista Gerd Müller. El alemán había anotado 85 goles en 1972. Sin embargo, un día más tarde, Messi hizo de las suyas y con un doblete ante el Betis, marcó su gol número 86 en el año y se transformó en el jugador con más goles en un año natural de la historia.
Pero, eso no fue suficiente para Leo y fue por más. Días más tarde, Messi dejó la vara más alta y hasta el día de la fecha, el récord parece imposible para cualquier futbolista en actividad. El 23 de diciembre, le convirtió un tanto al Valladolid por la fecha 16 de la liga española y alcanzó su gol número 91 en 69 partidos disputados. Una verdadera locura.
De esos 91 tantos, 79 los marcó con la camiseta del Barcelona (59 en liga, 13 en Champions League, 5 en la Copa del Rey y 2 por la Supercopa de España) y 12 con la selección Argentina.
Como si fuera poco, se dio el gusto de repartir 24 asistencias en todo el año, siendo también, el máximo asistidor de dicho año. De esta forma, la Pulga participó de 115 goles en 69 encuentros disputados.
Por estos impresionantes números y la cantidad de marcas que batió, Messi recibió el cuarto Balón de Oro y se convirtió en el jugador más premiado de la historia. ¿Volveremos a ver algo similar?