Un hombre estadounidense se presentó hace 20 años en un banco de esperma para realizar donaciones, conseguir algo de dinero extra y ayudar a las mujeres que deseaban ser madres.
Al realizarse el formulario fue presentado como una persona con un coeficiente intelectual alto, atlético y apuesto. Sin embargo una década y media después salió a la luz que sufría esquizofrenia con tendencia suicida y criminal.
Durante todo ese tiempo, este personaje llamado Chris Aggeles se convirtió en el padre biológico de 36 hijos.
Según cuenta diario Crónica, todo comenzó en el 2000, cuando Aggeles tenía 23 años, abandonó los estudios y se pudo a trabajar como camarero en un restaurante del estado de Georgia, entonces, uno de sus compañeros de cuarto encontró un recorte de un periódico con el anunció que creyó sería de utilidad para el joven Chris.
“En cierto sentido, fue un honor para mí convertirme en donante. Se podría decir que me sentí especial” mencionó Aggeles tiempo después en un podcast.
Al ponerse en contacto con el banco de esperma Xytex, completó un cuestionario en el que aseguró ser licenciado en neurociencia, tener una maestría de ciencias en inteligencia artificial y estar trabajando para conseguir el doctorado de neuroingeniería.
Tras ello, completo una encuesta de seis páginas sobre su historial médico en el que mencionó apenas que su padre era daltónico.
Todo ese material era realmente demandado entre las mujeres que deseaban ser madre, además de haber apuntado tener cierto parecido con el actor Tom Cruise.
Lo que ocultaba era que en su época de secundario, al momento de irse a la cama, escuchaba voces que decían su nombre, un par de años después fue ingresado a un hospital psiquiátrico donde fue diagnosticado con esquizofrenia.
En 2005 pasó 8 años en prisión por un robo y en 2014 entró a un polígono solicitando que le concedieran una pistola para suicidarse, de allí se desprende que su estado psíquico tiene tendencias delictuales y suicidas.
Cuando todo esto salió a la luz en 2016, familias de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá presentaron decenas de demandas contra la clínica por no haber constatado que lo que el hombre decía era real.