Dinamarca se transformó este miércoles en el primer país del mundo en descartar el uso de la vacuna de Astrazeneca contra el coronavirus.
La decisión la justificó el jefe de la Agencia Danesa de la Salud, Soren Brostrom, debido a la incertidumbre levantada por su posible vínculo con la aparición de raros casos de trombos.
“Hay un riesgo potencial de reacción entre la vacuna y un nivel bajo de glóbulos blancos, sabemos que hay una conexión temporal, entre una y diez semanas después de la vacunación”, precisó Brostrom.
La Agencia Europea del Medicamento había decidido sumar los inusuales trombos como “un raro efecto secundario” de la vacuna de AstraZeneca, publicó BBC.
Aunque la AEM explicó que “la combinación registrada de coágulos sanguíneos y plaquetas bajas en sangre es muy rara, y los beneficios generales de la vacuna en la prevención de covid-19 superan los riesgos de efectos secundarios”.
A pesar de que numerosos países habían suspendido la aplicación de la vacuna, la mayoría ya retomó la aplicación, aunque para las personas de edad avanzada.
El martes, EE.UU., Canadá y la Unión Europea pusieron en pausa los programas de aplicación de la vacuna de Johnson & Johnson por razones similares.
Las autoridades de Sudáfrica también suspendieron temporalmente su aplicación, incluso siendo su vacuna de preferencia por su efectividad frente a la variante detectada primero en ese país.