El domingo 12 de junio es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, una iniciativa que lanzó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2002 para concientizar sobre la magnitud de este problema y organizar el esfuerzo contra su impacto en la vida de los niños que se encuentran en esta situación.
Se considera niños trabajadores cuando son demasiado jóvenes para trabajar o participan en actividades peligrosas que pueden comprometer su desarrollo físico, mental, social o educativo. En los países menos avanzados, algo más de uno de cada cuatro niños (de 5 a 17 años) realiza trabajos que se consideran perjudiciales para su salud y desarrollo.
Este año, las Naciones Unidas (ONU) hacen un llamado a la protección social universal para poner fin al trabajo infantil, en un intento de que se invierta más en los sistemas y planes de protección social, a fin de establecer pisos de protección social sólidos y proteger a los niños.
Más de 1 de cada 10 niños en todo el mundo realiza algún trabajo que daña su bienestar y le impide realizar sus sueños.
En este Día Contra el #TrabajoInfantil, conoce el trabajo de la @OITnoticias para prevenir esta práctica nociva: https://t.co/zcaiofjzdv pic.twitter.com/FMUKqSnVID
— Naciones Unidas (@ONU_es) June 12, 2022
“Aunque en las dos últimas décadas se ha avanzado mucho en cuanto a la reducción del trabajo infantil, los progresos han sido más lentos con el tiempo, e incluso se estancaron durante el periodo 2016-2020. A día de hoy, 160 millones de niños están en situación de trabajo infantil, lo que representaba 1 de cada 10 niños en todo el mundo. Algunos de ellos con tan solo 5 años de edad”, sentenciaron desde el organismo internacional.
También señalaron que los sistemas gubernamentales de protección social “son esenciales para luchar contra la pobreza y la vulnerabilidad, así como para prevenir y eliminar el trabajo infantil”. La protección social es un derecho humano y una potente herramienta política para evitar que las familias recurran al trabajo infantil en tiempos de crisis.
El trabajo infantil en números
Según un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la OIT, en la última década se ha avanzado muy poco en garantizar que todos los niños disfruten de la protección social. En todo el mundo, el 73,6%, es decir, unos 1.500 millones de niños de entre 0 y 14 años, no reciben ninguna prestación familiar o infantil en efectivo.
Más de 160 millones de niños en todo el mundo, es decir 1 de cada 10 niños de entre 5 y 17 años, siguen trabajando. Se estima que, sin estrategias de mitigación, el número de niños en situación de trabajo infantil podría aumentar en 8,9 millones para finales de 2022, debido, en gran parte, al aumento de la pobreza.
El número de niños en situación de trabajo infantil disminuyó en 85,5 millones entre 2000 y 2020, antes comenzar la pandemia. La prevalencia también descendió considerablemente en ese período, al pasar del 16% al 9,6%.
Sin embargo, la disminución de la prevalencia del trabajo infantil se ha ralentizado con el tiempo y se ha estancado desde 2016. Entre 2016 y 2020, el número absoluto de niños en situación de trabajo infantil aumentó en más de 8 millones, pasando de 152 a 160 millones de niños, de los cuales 79 millones trabajaban en condiciones peligrosas que ponían directamente en peligro su seguridad y su salud.
“Es especialmente preocupante el hecho de que alrededor del 40% de estos niños adicionales realizan trabajos peligrosos. Más del 75% de los niños más pequeños en situación de trabajo infantil se encuentran en la agricultura, y cerca del 83% de ellos trabajan en microempresas familiares (agrícolas o no agrícolas)”, indicó el documento.
La llegada de la pandemia del coronavirus marcó un antes y un después en esta lucha. Las pérdidas económicas, las crisis de salud experimentadas por los hogares y el cierre prolongado de las escuelas aumentaron considerablemente el riesgo de trabajo infantil.
“Los resultados indicados anteriormente, y en una simulación global reciente de las tendencias del trabajo infantil por la OIT y el UNICEF, 2021, indican que una disminución del trabajo infantil a causa de la pandemia de Covid-19 probablemente se vea contrarrestada por un aumento de la prevalencia del trabajo infantil debido al mayor riesgo de pobreza con el tiempo”, planteó el informe.