Desde el CEM advierten que, por la carga impositiva, “el empleado cobra poco y al empresario le cuesta muy caro”

El sector privado de Argentina en general, y de Mendoza en particular, viene sufriendo una serie de problemas relacionados a la pandemia, pero también a la economía histórica del país.

Para hablar sobre ese tema, Daniel Palacio entrevistó a Federico Pagano, Presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM), mediante el programa que conduce en Radio News.

“El panorama es el que se imaginan. Prácticamente todo cerrado, los comerciantes respetando la cuarenta y muchos comerciante que hace un año y medio estaban con sus puertas abiertas y hoy tienen un cartel que directamente dice ‘se alquila’”, comenzó graficando.

En tal contexto, señaló que “el último dato no es de Mendoza pero entiendo que a lo largo de la cuarentena cerraron 90 mil locales (en el país), pareciera no ser significativo y es una barbaridad, y el tiempo que va a llevar recuperarse. Se estima que Argentina va a necesitar un crecimiento del 4% anual constante por 4 años para volver a estar como estaba en 2014”.

Por tanto, ejemplificó: “Una empresa que tiene 300 empleados, y que ha cerrado, son 300 personas que se quedaron en la calle, más los proveedores. Cuando uno hace la cadena cuando se rompe una empresa, es terrible. Una cosa es que una empresa se achique y siga existiendo, significa que sigue existiendo la posibilidad de que la empresa vuelva a crecer, vuelva a generar empleo. Ahora, cuando una empresa cerró, es muy distinto, no vuelve a abrir”.

Uno de los problemas que tiene el empresariado es el sistema de impuestos, analizó: “En Mendoza, el sector privado, en 2005 tenía una presión impositiva de 3,5%. Estamos cerca del 7%, es decir el doble. ¿Por qué? Porque el Estado creció. El Estado en ese mismo lapso pasó de 12,5% al 24% ahora (en gastos según el PBG).

Como problema añadido, destacó la pérdida de “confianza de los argentinos de aportar en Argentina. Imagínese si bajo este contexto algún extranjero va a venir a invertir a Argentina. O sea, si los argentinos se están yendo imagínate lo que va a pasar con los extranjeros. En el 2001 no se fueron tantos argentinos a otros pases como este año”.

En Argentina se da una dicotomía que el empleado cobra poco y al empresario le cuesta muy caro, y los dos tienen razón, porque en el medio está el Estado que se lleva una barbaridad del valor de esa persona. Vamos a hacer un ejercicio rápido: una persona que cobra 50 mil pesos de bolsillo, el empresario aproximadamente por esa persona paga 90 mil. La persona vale 90 mil para el empresario y lo está pagando el empresario, lo que pasa es que esos 40 mil se los queda el Estado, y encima con esos 50 mil va al supermercado donde le van a sacar el 21% en IVA. El valor de una persona, lo que hace el Estado argentino, es realmente esquilmarla y no es solo el IVA, tiene los sellos provinciales y la cadena de ingresos brutos, entonces cuando uno analiza, a un asalariado más o menos el 75/80% de su valor se va en impuestos”, finalizó.

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