En un trabajo mancomunado, científicos de la UNCuyo junto con el Conicet, descubrieron el proceso por el que el parasito del Mal de Chagas se diferencia de la no infectiva “epimastigote” y la “tripomastigote metacíclico infectiva”.
Esto permitirá desarrollar tratamientos nuevos sobre los que trabajar para evitar que la enfermedad se genere, ello, gracias a la identificación de “blancos terapéuticos”.
La investigadora del Instituto de Histología y Embriología de Mendoza, el cual depende de la UNCUYO y el Conicet, Patricia Romano, contó en diálogo con Suplemento Universitario que “nuestro laboratorio descubrió un nuevo blanco en el parasito ‘Trypanosoma cruzi’, que es el agente causal de la enfermedad. Este descubrimiento nos permitió ver que existan ciertas drogas que podían ser específicamente utilizadas para provocar la muerte del parasito”.
Asimismo, la especialista que, dicho sea de paso, es la cabeza de estos estudios, explicitó respecto de los medicamentos que “ya están aprobados para el uso en otras patologías, por lo cual se aceleran mucho los tiempos para que en un futuro cercano se puedan proponer nuevas terapias y erradicar la enfermedad”.
Si bien la ciencia estuvo esforzándose en el marco de la pandemia para intentar pelear contra el coronavirus, existen patologías que no pueden esperar. El Chagas mata a 12 mil personas por año en América, según la Organización Mundial de la Salud, y Romero sostuvo además que “en el país se hace un diagnóstico en embarazadas que indica que 2 de cada 100 argentinos está infectado”.
“Trabajar para el beneficio de la sociedad haciendo ciencia es algo tan gratificante como difícil. Por eso es importante que las políticas de Estado acompañen y apoyen estás instituciones públicas” aseguró, agregando que “lo importante es que se vayan definiendo y den continuidad a los denominados temas estratégicos como políticas de Estado, independientemente de los gobiernos. La continuidad de las políticas volcadas a la ciencia es fundamental para lograr resultados óptimos a corto, mediano y largo plazo”.
Es dable destacar que los otros participantes del estudio fueron Antonella Losinno y Santiago Martínez (CONICET), y Carolina Carrillo, del Instituto César Milstein-CONICET, y Carlos Labriola, del Instituto Leloir-CONICET.