La bodega mendocina Dante Robino, que desde 2022 pertenece a la Cervecería y Maltería Quilmes, llega con sus vinos a Brasil.
Ubicada en Perdriel, Luján de Cuyo, la bodega en 2021 duplicó sus exportaciones y logró mantenerse así durante todo el año, lo que le permitió llegar con sus productos a nuevos mercados. De esta forma, la marca se consolidó como la tercera bodega argentina en exportación de espumantes.
Y si bien las exportaciones de vino cerraron 2022 con números en baja, según los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en el caso de Dante Robino, en 2021 duplicó sus exportaciones y mantuvo sus números durante el año pasado.
Entre los varietales que llegarán a Brasil, sin lugar a dudas se destacan el malbec -la uva más tradicional en la Argentina- y la bonarda, una cepa prácticamente desconocida en el país vecino, pero icónica para la marca.
Fundada en 1920, Dante Robino posee una capacidad de producción de 12,5 millones de litros anuales y más de 70 empleados. Su portafolio, actualmente, ofrece 14 marcas y 37 variedades de vinos y espumantes de media y alta gama, como las líneas Dante, Capriccio, Novecento y Atelier.
Hoy en día, exporta el 30% de su producción a más de 40 destinos entre los que se destacan Emiratos Árabes, los Estados Unidos, el Reino Unido, Uruguay, Ecuador e Irlanda, entre otros.
En Brasil, los vinos estarán disponibles tanto en las principales cadenas de supermercados como en las plataformas de e-commerce Zé Delivery, Amazon, Magalu, entre otras tantas.
De la mano de Quilmes
Las fórmulas del marketing de Cervecería y Maltería Quilmes empezaron a dar que hablar en el mercado del vino en 2020 con el lanzamiento de una campaña que causó polémica.
El flamante extra brut que fue presentado a fines de 2020 en plena pandemia llevaba el nombre de LPQTP 2020. Desde la empesa explicaron que las iniciales correspondían a “Lindo Periodo Qué Tiempos Pletóricos”.
A solo seis meses de romper el hielo con la polémica campaña de publicidad, la mayor fabricante de cervezas de la Argentina, lanzó un vino en botella retornable, una apuesta inédita para esta categoría.
Además, le dio forma a una marca, “Ping Vino”, que apela a un término históricamente identificado con el consumo vitivinícola -el célebre pingüino de mesa- y una campaña masiva, de lenguaje intenso y descontracturado, que requirió una inversión publicitaria de $ 20 millones.
La bodega mendocina logró multiplicar por siete sus ventas desde que fue pasó a las manos de la empresa Quilmes.
Novecento es su marca más comercializada pero cuenta con otras etiquetas de mayor gama en vinos, como Dante Robino Reserva y Gran Dante.
En 2020, Quilmes invirtió u$s 1,5 millones en la bodega, para adaptarla y permitir ampliar su capacidad, mejorar el fraccionamiento y su seguridad.