La ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en un intento desesperado para evitar que la CGT se acerque al gobierno de Javier Milei, se reunió con siete dirigentes vinculados políticamente al kirchnerismo.
Si bien el conclave se llevó a cabo la semana pasada, poco ha trascendido hasta el momento sobre la reunión.
Entre los presentes se destacó el mendocino Sergio Palazzo, titular de La Bancaria. Además, asistieron Mario Manrique (SMATA), Abel Furlán (UOM), Vanesa Siley (judiciales), Norberto Di Próspero (personal legislativo), Carlos Ortega (empleados de ANSES) y Carlos Minucci (personal superior de empresas de energía).
Desde el PJ aseguraron dijeron que Pablo Mayo, de Camioneros, también fue invitado. Sin embargo, el directivo no formó parte del almuerzo.
Moyano es un aliado táctico de CFK, y dio muestras de ello días atrás cuando un sector de la CGT tuvo una especie de acercamiento al oficialismo, y el dirigente camionero se diferenció y pareció encolumnarse detrás de Rodolfo Aguiar, el líder de ATE, que busca concretar un nuevo paro general.
Durante el encuentro impulsado por Cristina Kirchner, que tuvo una duración de unas 3 horas, se habló sobre cómo recomponer al peronismo para enfrentar a Milei y a la centroderecha, y también sobre la necesidad de armar una oposición más firme al sector dialoguista adentro de la CGT.
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Los gremialistas más ligados al kirchnerismo entendieron que CFK depositó su confianza en ellos, en medio de la interna cegetista. Además, estiman que la ex viceresidenta está con ganas de meterse aún más en la pelea sindical y recuperar protagonismo en la escena política.
Previo al almuerzo del viernes, Cristina Kirchner ya se había juntado con Mario Manrique y con el mendocino Palazzo en el Instituto Patria, donde se sellaron las bases de un acuerdo para romper “la pasividad de la CGT” y cargar contra Milei. Tras ese encuentro, nació el pedido a Pablo Moyano para tomar distancia del resto de la CGT y mostrarse como el principal promotor de un paro general cuando el tema aún no llegó a debatirse internamente.
La corriente moderada de la CGT (que integran, entre otros, Héctor Daer, de Sanidad; Gerardo Martínez, de UOCRA; Andrés Rodríguez, de UPCN, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias) cree que Pablo Moyano los desafía al mostrarse con Aguiar y al coincidir en la idea de avanzar hacia otro paro general. En este sector de la central obrera estiman que la iniciativa fue orquestada por la ex vicepresidenta, y apunta a generar una grieta más profunda en la Confederación General del Trabajo justo cuando los dialoguistas buscan recomponer el diálogo con el Gobierno.
Llamativamente, un día antes del encuentro de parte de la CGT con Cristina Kirchner, Moyano asistió un encuentro con los otros cotitulares de la agrupación, Daer y Carlos Acuña (estaciones de servicio), más Rodríguez, Martínez y Lingeri, en el que se decidió retomar el diálogo con el Gobierno y llevar a cabo una reunión ampliada de mesa chica de la CGT para formalizar esa resolución, que implica postergar otro paro general. Allí, aparentemente, Pablo Moyano no objetó ese curso de acción.
Los dialoguistas de la CGT le hicieron días atrás otro guiño al Gobierno al enviar 17 representantes a una mesa de diálogo tripartito sobre formación laboral y empleo que convocó Cordero. Para la interna sindical, la noticia fue la presencia del gastronómico Argentino Geneiro, secretario de Capacitación y Formación Profesional de la CGT, que sólo pudo haber ido con el aval de Luisn Barrionuevo, quien confirmó así su acercamiento a los moderados.
El nuevo encuentro en Trabajo se venía craneando en secreto durante las últimas semanas entre Cordero y Gerardo Martínez, uno de los líderes de la fracción dialoguista, desde donde se intenta que la CGT sea recibida por ministros como Guillermo Francos o Sandra Pettovello para tratar de llegar a un acuerdo y alcanzar una tregua que permita zafar del fantasma del tercer paro general que agitan Pablo Moyano y los K.
La apuesta de Cristina Kirchner al instalarse nuevamente en el tablero sindical implica Pablo Moyano comience a moverse, para evitar que la CGT se acerque al Gobierno de Milei.