El presidente Alberto Fernández culmina su semana política con dos “novedades”, una buena y otra mala. Una de cal y otra de arena, como se dice.
La buena noticia: en el contexto de la pelea por la presidencia del PJ, rechazaron la lista de Alberto Rodríguez Saá, que buscaba competir con la suya. Allí abrevaban algunos de los enemigos del presidente, como Gabriel Mariotto, Milagro Sala y otros. Esto implica que Alberto finalmente presidirá el Partido Justicialista nacional. Como pretendía.
La mala noticia: estalló el escándalo de la vacunación VIP, único tópico por el cual el jefe de Estado venía siendo bien valorado por la sociedad. En medio de complicaciones económico-financieras de todo tipo. Con una inflación que no logra ser controlada ni por asomo.
La salida de Ginés González García fue una buena noticia para Cristina Kirchner quien aprovechó para “colocar” como viceministro de Salud al camporista Nicolás Kreplak, aquel que supo endulzarle los oídos hablando de “soberanía sanitaria”.
La idea de la vicepresidenta es que, en el mediano plazo, sea quien reemplace a Carla Vizzotti y quede al frente de la cartera de Salud. En los pasillos del Instituto Patria lo dan como un hecho.
Habrá que prestar atención a lo que dicen los medios ultra K en las próximas horas. Se presume que habrá una fuerte embestida contra Vizzotti para “limarla”.
Cuentan con un elemento a favor: la otrora secretaria de Acceso a la Salud fue la encargada de la vacunación contra el coronavirus en todo el país. Ergo, ¿podía no saber que había un vacunatorio VIP en el Ministerio?
¿La Cámpora va por el INTA?
Como suelen hacer los gobiernos populistas, el kirchnerismo culpa por la creciente inflación a los empresarios y a los productores de alimentos. Aquellos que, más que victimarios son víctimas del sistema.
Ello hizo recrudecer las peores ideas K, como la ley de Góndolas, el control de precios y la amenaza de la ley de abastecimiento. Un regreso a lo peor de los 70. Recetas que nunca han servido para nada. Ni en la Argentina, ni en Venezuela ni en ningún país del mundo.
Los empresarios empiezan a inquietarse y, al mismo tiempo, observan inusual movimiento en la Secretaría de Comercio Interior, a cargo de Paula Español, amiga de Axel Kicillof.
De allí han partido algunas de las polémicas directivas para intentar bajar los precios de los alimentos. Principalmente, como se dijo, el control de precios.
Es una movida que ya lleva algunas semanas sin ningún resultado concreto, por lo cual comenzó una acción de presión directa de La Cámpora sobre la figura de Español. Para que haga un coltrol más duro aún. Con más sanciones.
Aún cuando la Secretaría de Comercio ya imputó a grandes empresas por presunto desabastecimiento y otras cuestiones similares.
Es curioso que el gobierno hable de atraer capitales foráneos al país cuando los gestos dirigidos a los empresarios solo se mueven en sentido de perjudicarlos.
A todo lo antedicho hay que agregar un nuevo tópico que provocó la obvia inquietud de la gente del campo: desde La Cámpora ha comenzado una suerte de “copamiento” del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Debutó con un comunicado virulento y anacrónico, que propone crear una Junta Nacional de Granos. Al estilo de aquella entidad que fue creada en 1933 bajo la presidencia del gobierno de Agustín P. Justo y que luego Juan Perón convirtió en el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI). Se trató de sendos fracasos. ¿Creerá el ultra kirchnerismo que la terceraintentona será la vencida?
Como sea, el comunicado avanza también en otras medidas, algunas de las cuales ya fueron repudiadas por la sociedad, como la “expropiación y estatización de Vicentin para que se convierta en una empresa de referencia en agroindustrias nacionales, apelando a sus trabajadores y técnicos”.
Finalmente, el documento camporista habla de “control popular de precios a todos los niveles”.
No hay remate.
La foto que preocupará a Cornejo
Alfredo Cornejo avanza en su proyecto de cara a 2023. Lo que no sabe aún es si será candidato a presidente, a senador o a gobernador de Mendoza… nuevamente.
A esos efectos, ha comenzado una interesante y fructífera carrera mediática, opinando sobre diversos tópicos en los principales canales y radios de Buenos Aires. Allí donde nadie le hace preguntas incómodas.
Lo que ha descuidado Cornejo es el armado partidario. Tan o más importante que la instalación mediática.
Compite con otros armados en su propio espacio. Referentes que también quieren ocupar los espacios que él pretende. El otrora gobernador mendocino subestima esas movidas. Y no debería hacerlo.
A uno de los que debería mirar con atención es a Omar De Marchi, quien se reunió durante este sábado en Mendoza con José Luis Espert, Luis Rosales y el diputado provincial Marcelo Romano. Una rara alquimia se ha comenzado a conjugar allí.
No casualmente, el nombre Cornejo se pronunció varias veces en el meeting de marras. Eso sí, de manera nada elogiosa.