Pablo Moyano, referente del Sindicato de Camioneros, presentó este viernes su renuncia al cargo de secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT). En una nota dirigida al Consejo Directivo, el dirigente argumentó su decisión debido a discrepancias con las políticas impulsadas por la “mesa chica” de la central obrera.
La salida de Moyano agrava las tensiones internas de la CGT, históricamente dividida entre sectores moderados y líneas más combativas. Esta semana, las diferencias se profundizaron tras un encuentro clave celebrado el martes en la sede de UPCN, al que Moyano no asistió. Durante esa reunión, el ala dialoguista, liderada por Héctor Daer, Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez, decidió priorizar el diálogo con el Gobierno y el empresariado, descartando medidas de fuerza hasta 2025.
Desde el sector moderado intentaron minimizar la situación y evitar calificarla como una crisis interna. Sin embargo, la renuncia deja un vacío significativo en la fracción más dura de la CGT, que mantiene vínculos con el kirchnerismo y sectores del transporte.
Por su parte, Hugo Moyano, líder de Camioneros y padre de Pablo, será el encargado de designar al nuevo representante del gremio en la conducción de la central, ya que los cargos pertenecen a los sindicatos, no a las personas.
La salida de Pablo Moyano representa un golpe a las aspiraciones de los sectores más confrontativos de la CGT de cuestionar las políticas económicas del Ejecutivo nacional.
