Mariana Ditzel (30), la mujer de Comodoro Rivadavia que aguardaba por un trasplante de corazón, murió durante el lunes.
Pese a los esfuerzos de sus familiares por encontrar donantes, esto no se concretó y la joven terminó muriendo.
Al sufrir una miocardiopatía dilatada no compactada, se encontraba primera en la lista de trasplantes de corazón del Incucai.
Desde hace tiempo permanecía internada en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires a la espera de un corazón, pero de acuerdo a lo informado por ADNSUR, un colapso generalizado complicó aun más su estado de salud.
Y si bien accedió a un medicamento que podía contribuir a una mejora, los médicos fueron claros en su momento, y advirtieron a los familiares de que lo primordial era el trasplante.
Mariana estaba conectada a un sistema de Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO), por sus siglas en inglés, un equipo de ventilación mecánico que posibilitaba realizar la función respiratoria y limpiar la sangre de la mujer, mientras que los pulmones se encontraban menos activos.
De acuerdo a lo señalado por la familia, la salud de Mariana “estaba más delicada”, porque los especialistas encontraron coágulos en el pulmón derecho que drenaban y aparecían de nuevo. “En estas condiciones hoy no puede recibir un órgano por la infección, sería muy riesgoso. Los coágulos son controlables. Hay que controlar la infección para volver a estar en condiciones de que reciba un órgano”, explicaron.
La pareja de Mariana, Renzo Mamaní, la despidió en sus redes sociales. “Cuando nos enteramos de la enfermedad lloramos, lloramos muchísimo, me acuerdo muy bien el día“, publicó. “Te prometí que jamás te iba a dejar sola, te prometí que yo iba a ser tu escudo, me prometí a mi mismo que iba a hacer todo para que disfrutes al máximo cada momento, que jamás haya un ‘no’ a algo en tu vida. Sé que sabías que vivía por y para vos, aunque no lo hablábamos, yo se que lo sabías”, continuó.
Y agregó: “Te juro que intente cumplir con todo, te juro que hice cada cosa que estuvo a mi alcance, la vida entera no me va a alcanzar para agradecerte por haber sido mi compañera, mis días, mis ganas de aprender”.
“Esperaba un ángel donante, y no me di cuenta que el ángel eras vos y que el milagro era que hayas vivido y compartido tu vida conmigo. Te amo”, finalizó.