La política del Gobierno nacional de restringir las exportaciones de carne vacuna hasta finales de octubre, sigue causando inconvenientes en el campo.
Desde el sector rural, cada vez encuentran más similitudes con la intervención de mercados que se dio durante los gobiernos kirchneristas, y si bien últimamente se registró una contracción de los valores exhibidos al público, en poco tiempo podría transformarse en un encarecimiento.
Un informe elaborado por la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), consideró que esta disminución es una “trampa”, ya que en el corto plazo los precios tendrán un incremento notorio.
Inclusive, el Gobierno publicó como un logro la retracción de los valores en góndola del 1% en julio y del 1,4% en agosto, de acuerdo a estadísticas del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), pero la entidad señaló que esa baja se debe a una “sobreoferta artificial por el cierre parcial de las exportaciones. Pero ese fenómeno es cortoplacista, insostenible en el tiempo y perjudicial en el mediano plazo”.
Desde Coninagro, destacaron que “la manera de entender el proceso es evaluar el antecedente directo” que fueron las restricciones impuestas por el gobierno de Nestor Kirchner en 2006 y las prohibiciones posteriores en los dos mandatos de la ahora vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
Durante esa época “el precio bajó al inicio y luego subió fuertemente: en particular desde que se prohibieron en 2008 y hasta 2011 el kilo de novillo (según IPCVA) había aumentado 240%”.
Esta suba se posicionó cómodamente por arriba de la inflación para dicho período, tanto la que medía el gobierno kirchnerista, como los índices con los que contaba el arco opositor. De hecho, ese aumentó fue de 171 puntos porcentuales por arriba de la inflación medida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) entre 2006 y 2011 fijada en 68,54%, e inclusive del Índice IPC- Congreso que calculó un 160,79%. “Por ende, la prohibición puede hacer bajar el precio inmediatamente, pero lo hará subir luego aun por encima de lo que hubiese sido el movimiento natural”.
“Entre diciembre de 2008 y diciembre de 2011 el asado se apreció en la góndola 186%, la nalga aumentó 180% y el lomo, 121%, según los registros del IPCVA (muy por encima de los valores de inflación de esos últimos años). La política oficial impulsó además una fuerte extranjerización del sector. Dos empresas de EEUU (Cargill y Tyson Foods) y dos de Brasil (JBS y Marfrig) se hicieron de 18 frigoríficos locales, que concentraban 25% del negocio más rentable, la Cuota Hilton”, agregó al análisis el informe al que accedió Infobae.
En esta línea, Coninagro reflejó que la suba prevista se conocerá en el mediano plazo, producto de la desincentivación a la producción que genera la restricción o el cierre de las exportaciones de carne. “El problema es que, si se prohíbe exportar, primero la oferta se dirige al mercado doméstico haciendo bajar el precio, pero eso desalienta la producción y, en el mediano plazo, se reduce la oferta y sube el precio nuevamente, incluso más aún”, subrayaron desde la entidad que lidera interinamente Elbio Laucirica.