El regreso de la Fórmula 1 a la Argentina es un sueño para los fanáticos, más aún con la llegada de Franco Colapinto a la categoría. Sin embargo, el país enfrenta el desafío de realizar importantes obras en los circuitos locales.
Según Carlos Bertrand, inspector de la FIA, la pista de Termas de Río Hondo y el Autódromo de Buenos Aires, conocido como el “Coliseo porteño”, requieren mejoras para cumplir con los estándares actuales de la Fórmula 1.
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Termas de Río Hondo, calificado como Grado 2, solo necesita ajustes menores, como el reemplazo de los muñecos de goma y la mejora de vallas de contención. Sin embargo, el mayor obstáculo es la falta de infraestructura hotelera en la zona para acoger a la cantidad de público que atrae la F1.
Por otro lado, el Autódromo de Buenos Aires, cuya última carrera de F1 fue en 1998, necesita más cambios. Aunque ya se repavimentó la pista el año pasado, se requiere ampliar el ancho de las rectas y mejorar las zonas de escape en curvas críticas.
Además, los boxes actuales necesitan ser ampliados y los antiguos demolidos para ganar espacio en el paddock, necesario para estudios de TV y la logística del evento.
Estas modificaciones son esenciales para que la Argentina vuelva a ser sede de la máxima categoría del automovilismo, pero requieren una inversión significativa y planificación detallada para cumplir con los estrictos requisitos de la FIA.