“Acá bajaron los casos, después de un pico en febrero, y se debe a la decisión de restringir la circulación”.
El comentario pertenece a Alberto Fernández y se lo hizo saber a un secretario de Estado mientras caminaba por las calles antiguas de Lisboa. No había un solo turista.
La trama la revela hoy Román Lejtman en el portal Infobae y merece ser reproducida. Allí, el colega cuenta que, tres días más tarde, en París, Alberto regresaba de una cena servida con esmero en la embajada argentina en Francia. A través de la ventanilla de su auto blindado color negro comprobó que las calles cercanas al Arco del Triunfo estaban vacías.
“Nadie, ni un turista. Restringen la circulación para bajar la curva. Esa es la estrategia correcta”, opinó el jefe de Estado cuando llegó al hotel Príncipe de Gales. Siempre según Lejtman.
Ello es lo que habría influido en la toma de decisiones del Presidente ante la suba de contagios y muertos causados por la segunda ola del coronavirus en la Argentina.
“El plan que empezó a diseñar Alberto Fernández cuando regresó de Europa apuntaba a lograr consensos con los 24 gobernadores, establecer un nuevo paquete de ayuda económica ante las futuras medidas de emergencia, y fundamentalmente, estructurar un sistema de confinamiento que pegara un martillazo a la curva en alza de contagiados y fallecidos”, de acuerdo a la crónica de Infobae.
Entretanto, el jefe de Estado monitoreaba la suba incesante de casos y su impacto directo en la ocupación de camas con Unidad de Terapia Intensiva (UTI), que a su vez asfixiaba la oferta de médicos terapistas frente a la demanda constante en hospitales públicos y clínicas privadas.
“Voy a cerrar todo. No tengo otra alternativa”, habría confesado el Presidente en Olivos durante un desayuno de trabajo hace tres días.
Luego, aparece el perfil de los ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas, quienes empezaron a bosquejar las medidas económicas que se anunciarían con los términos del nuevo confinamiento, mientras que Santiago Cafiero iniciaba un profundo diálogo institucional con Felipe Miguel, jefe de Gabinete de la CABA.
En este punto, Lejtman —que tiene llegada directa con el Presidente— revela que Fernández tiene un encono personal con Rodolfo Suarez: “Comprobó que no todos los gobernadores asumían la gravedad sanitaria que exhibía la suba geométrica de contagios y muertes. Alberto Fernández soporta muy poco al gobernador de Mendoza, Suárez, y ha enfriado su relación personal con Omar Perotti, mandatario peronista en Santa Fe”.
De todos modos, el colega destaca que, al final, “Suárez y Perotti se alinearon al observar que los otros 22 gobernadores respaldaban las medidas que Alberto Fernández anunció anoche por cadena nacional”.
“Hubo un momento en que pensé que se preocupaban más por las vacas que por la crisis del COVID-19″, habría estallado el jefe de Estado contra los mandatarios de Mendoza y Santa Fe.
Como sea, junto al confinamiento de nueve días, Alberto Fernández apuesta a la llegada masiva de vacunas provenientes de Rusia, China, el sistema multilateral COVAX y AstraZeneca. El presidente reconoce en la soledad del poder que sin millones de dosis contra el coronavirus, ninguna estrategia tiene asegurado un resultado favorable.
Ahora mismo, esperará 15 días para saber qué tal anduvo la medida del confinamiento. Mientras, cruza los dedos.
Habrá confinamiento total entre el 22 y el 30 de mayo (en Mendoza también)