En medio de un adverso escenario económico marcado por la inflación, la reducción de subsidios y el estancamiento de los salarios, el quinto mes del presente año trae consigo una serie de aumentos que agudizan las dificultades financieras de los argentinos.
Uno de los sectores más afectados será el de los servicios públicos, con incrementos significativos en las tarifas de luz y gas. La Secretaría de Energía ha aprobado nuevos costos que se reflejarán en las boletas de electricidad, aunque aún queda por definir qué sectores conservarán los subsidios.
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La fórmula de indexación mensual para estimar estos aumentos incluye un 55% de variación salarial, un 25% de inflación mayorista y un 20% basado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec. En el caso del gas, el cálculo del incremento se basa en un 49% de variación salarial, un 37% de inflación mayorista y un 14% de costo de construcción.
Los automovilistas tampoco escaparán a la oleada de aumentos. El gobierno tiene previsto aplicar el último tramo del aumento parcial del impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), lo que se traducirá en un alza directa en el precio de la nafta y el gasoil en los surtidores.
Por otro lado, los inquilinos enfrentarán un incremento sustancial en los costos de los alquileres. Según la última actualización del Índice de Contrato de Locación (ICL), aquellos que deban ajustar el monto de sus alquileres en mayo lo harán con un aumento del 220%.
Esta cifra representa un aumento significativo con respecto al 196,7% registrado en abril, y afectará a aquellos sujetos al ajuste anual establecido por ley.