Con sus piernas largas y extensos cuellos, las jirafas son consideradas los mamíferos más altos sobre la Tierra. Es por eso que un grupo de científicos quedó sorprendido al ver por primera vez dos jirafas enanas en África, según se describe en un estudio publicado recientemente en la revista BMC Research Notes.
Los investigadores estaban realizando estudios fotográficos en 2015 en el Parque Nacional Murchison Falls (Uganda), cuando descubrieron a la primera jirafa con patas significativamente cortas, reduciendo su altura a unos 2,8 metros, casi la mitad de su estatura adulta promedio. Esta fue apodada ‘Gimli’, en honor al personaje ficticio de la trilogía ‘El Señor de los Anillos’.
“La reacción inicial fue un poco de curiosa incredulidad”, comentó Michael Brown, biólogo de la Giraffe Conservation Foundation (GCF) y el Instituto de Conservación de la Biología del Smithsonian.
El segundo animal, que fue llamado ‘Nigel’, fue avistado tres años después en el centro de Namibia y su altura máxima alcanzaba los 2,6 metros. En ambos casos, aunque el tamaño de sus cuellos era normal, su patas de eran inusualmente cortas, lo que hacía que pareciera la cabeza de una jirafa pegada al cuerpo de un caballo, recoge The New York Times.
Desarrollo óseo anormal
Después de estudiar las proporciones de estas jirafas y compararlas con otras de edad similar, los investigadores determinaron que el enanismo de ‘Gimli’ y ‘Nigel’ se debe a que padecen de un síndrome conocido como displasia esquelética, o desarrollo óseo anormal. Los especialistas detallan que esa condición se ha observado en humanos y animales domésticos, pero rara vez en animales salvajes.
Estas dos jirafas son las primeras documentadas con la condición, pero los especialistas creen que su baja estatura podría afectar negativamente en muchos aspectos de su vida, como convertirlas en presas más fáciles para sus depredadores, “ya que carecen de la capacidad de correr y patear con eficacia”.
Además, dado que ambas son machos, el apareamiento sería un desafío casi imposible con hembras que pueden medir hasta más de 4 metros.
“El hecho de que esta sea la primera descripción de la jirafa enana es solo otro ejemplo de lo poco que sabemos sobre estos carismáticos animales”, concluyó Julian Fennessy, director y cofundador de la GCF.