Bronca, irregularidades y desmanejos, el duro relato de los kinesiólogos de OSEP que cobran por no trabajar

Los profesionales Roberto Becerra y Sandra Bragagnolo volvieron a reflejar la difícil situación que les toca vivir en la cuestionada obra social.

Durante los últimos meses del año pasado, salió a la luz una situación que reflejó el calamitoso estado en el que se encuentra la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP) de Mendoza, algo que es común escuchar en estos tiempos.

Becerra y Bragagnolo, licenciados en kinesiología y con 18 años de servicio en el Hospital El Carmen, fueron apartados de sus lugares de trabajo en abril de 2020 “por decisión arbitraria del jefe de kinesiología del hospital”.

Al comienzo de pandemia y utilizándolo como excusa, les indicaron que debían presentarse a prestar servicio en la sede de Xeltahuina, ubicada en el centro de Mendoza.

Supuestamente, “nos irían rotando a todos los kinesiólogos cada dos semanas, evitando que nos enfermáramos”, explico Becerra a News Online.

Roberto Becerra y Sandra Bragagnolo

Cuando los profesionales se presentaron en dicha institución, los trabajadores del lugar sorprendidos por su llegada, les dicen que no tenían ningún trabajo para que ellos realizaran.

“Íbamos todos los días a no hacer nada, obligados a permanecer de brazos cruzados en el medio de la pandemia cuando la gente se enfermaba y se moría”, dijo el profesional.

Los días fueron pasando y la angustia fue en aumento. De hecho, al pedirle explicaciones al jefe de kinesiólogos en el Hospital El Carmen, “nos decía que todavía no teníamos que retornar, que no tenía lugar para nosotros”, aún cuando en dicho centro asistencial habilitaban más camas de internación y de terapia intensiva por el significativo aumento de los casos que se había en ese entonces.

No conformes con esa respuesta, fueron en búsqueda de los directivos del hospital y de OSEP.

Tras algunos encuentros, finalmente les manifestaron: “Al hospital no pueden venir, no pueden volver”. En medio de esta novela, el coronavirus avanzaba y las peores escenas tenían en vilo a la provincia.

Tal es así que Becerra y Bragagnolo permanentemente solicitaban asignación de tareas, más aún en semejante crisis. Su insistente pedido fue otorgado por el doctor Claudio Amadio, y finalmente comenzaron a cumplir funciones asistenciales en el equipo de Terapia Intensiva Covid del Hospital Fleming, que se activó por la crecida de casos y por el lapso de tres meses.

Luego, la desazón los invadió nuevamente porque además de impedirles el regreso al hospital de Godoy Cruz, les indicaron que “debíamos elegir una delegación de Junín, Luján o Maipú”, y así, obligados, pasarían nuevamente los días y los meses, “de brazos cruzados” haciendo pasar el tiempo.

Los profesionales, que aseguran haberse ofrecido por nota a los directivos para ser prestados a otro efector de la provincia en medio de la segunda ola de Covid, nunca obtuvieron respuesta.

El tiempo pasó, y hartos de esa pesadilla, “empezamos a hacerlo visible en algunos medios de comunicación”.

Fue ahí cuando nuevamente los volvieron a trasladar. A Sandra la mandaron a la delegación del centro Xeltahuna, y a Becerra le asignaron 12 horas en la delegación de Maipú y 12 horas en la de Luján.

Actualmente, ambos trabajan en el sector de auditoría de kinesiología: “Tenemos que autorizar órdenes, un trabajo meramente administrativo donde no tenemos que atender asistencialmente a pacientes, y que a lo sumo nos lleva 10 minutos”.

Y fue por más: “El objetivo es no dejarnos entrar al hospital. Nos han pagado más de $4.000.000 de pesos por no hacer nada, y este dinero sale del bolsillo de los afiliados”.

Pese a haber radicado varias denuncias, incluso en la Subsecretaría de Trabajo y en la Cámara de Senadores, entienden que los tiempos administrativos son más que lentos; inclusive se encargaron de hacerle llegar una nota al gobernador Rodolfo Suarez, que también está al tanto de la situación.

“Nos están obligando a ser ñoquis y en medio de una pandemia. Nos ofrecen desde algunos sectores, mandarnos a otro hospital de la provincia hasta que pase esta gestión en OSEP, pero entendemos que con la crisis financiera y prestacional que esta entidad atraviesa, sería seguir permitiendo el abuso de poder, no sólo sobre nosotros como empleados, sino sobre las necesidades de los miles de afiliados que aquí se encuentran”, cerró.

 

 

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