
Nicolás Gil Pereg decidió hacer uso de la última palabra antes de finalizar el juicio por jurados en su contra, por el doble crimen de madre Pyrhia Saroussy y su tía Lily Pereg.
Tras finalizar los alegatos de cierre de las partes, el israelí pasó frente al estrado y durante diez minutos les habló a los doce ciudadanos que conforman el tribunal popular.
Balbuceando, babeando y repitiendo las mismas frases una y otra vez, apuntó nuevamente contra la Fiscalía y la Policía. A quienes acusa de haber plantado los cuerpos en su casa para inculparlo.

“Hicieron cinco allanamientos en mi casa y no encontraron nada. Fue hasta que me detuvieron el viernes en la mañana y me secuestraron y me mandaron a San Felipe, al penal. Ahí justo al día siguiente hicieron otro allanamiento y supuestamente encontraron los cuerpos“, sostuvo Pereg.
Sin embargo, repitió en varias ocasiones declaraciones, asegurando que nunca vio los cadáveres de sus familiares, tal como lo dijo el martes.
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También sostuvo que le secuestraron sus armas y que las utilizaron para tirarle a los cuerpos. En un lenguaje poco claro, rozando lo inentendible.
Debido a sus constantes repeticiones, fue interrumpido por la jueza técnica Laura Guajardo: “Gracias señor Gil Pereg“, le dijo la magistrada. Pero este respondió: “Quiero decir algo más“.
Fue allí que el israelí continuó replicando las mismas frases que ya había utilizado durante su declaración del martes. Con lo cuál se retiró a su celda.
