Desde el 1 de enero, los senadores nacionales comenzarán a percibir un salario bruto de $9,5 millones, tras el vencimiento de la resolución que congelaba sus dietas. Esta actualización, que no fue prorrogada por el Senado, representa un incremento significativo respecto a los $8 millones que cobraban desde abril del año pasado, cuando se votaron una polémica suba en sus haberes.
La dieta de los senadores, que ahora es más del doble de la percibida por los diputados nacionales, se establece en función de módulos, una unidad utilizada para calcular los salarios legislativos. Actualmente, los senadores perciben 2.500 módulos básicos, más 1.000 por gastos de representación y 500 por desarraigo.
Ver: Devolución de percepciones: monotributistas y empleados ya pueden gestionar el reintegro
Polémica y presiones políticas
El aumento generó tensiones en el ámbito político. La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, fue presionada desde la Casa Rosada para extender el congelamiento de las dietas en línea con el mensaje de austeridad del presidente Javier Milei. Sin embargo, Villarruel argumentó que no podía decidir unilateralmente y que la decisión debía pasar por una votación en el cuerpo legislativo.
En contraposición, el presidente Milei elogió la postura de Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados, como un ejemplo de gestión para contener los salarios legislativos.
Los bloques de La Libertad Avanza, PRO, UCR y Provincias Unidas presentaron notas solicitando la prórroga del congelamiento, mientras que Unión por la Patria, con 33 senadores y un posible refuerzo, adelantó su voto en contra.
