Las constantes idas y vueltas, y el enfrentamiento a todo o nada que está dándose entre oficialistas y opositores por mantener las aulas abiertas o cerradas, muestra a las claras el rumbo incierto que parece haber tomado una provincia convulsionada por el crecimiento constante de contagios de coronavirus.
Los dimes y diretes, muchos de ellos sin un verdadero sustento, han puesto en evidencia la falta de cordura de quienes les toca pilotear, y también controlar, esta nave que parece estar a la deriva.
A diferencia de lo que ocurre en otras latitudes, en Mendoza y también a nivel nacional, los históricos conflictos no parecen subsanarse apelando al sentido común, al consenso, y porque no teniendo en cuenta a una voz autorizada y especializada, que en estos momentos de aguas picadas, es lo que le aporta tranquilidad a una sociedad inquieta y expectante.
Desde el gobierno encabezado por Rodolfo Suarez se ha intentado bajar un mensaje tranquilizador, que busca que el mayor denominador de las personas continúe con su vida cotidiana, sin dejar de lado las conocidas recomendaciones, como así tampoco las medidas anunciadas, y polémicas, con las que se pretende aminorar los efectos del virus.
Ahora bien, luego de que se detectara la aparición de la variante Manaos en Mendoza, parece haberse dado un punto de inflexión.
Llamativamente este hecho particular, y no menos preocupante, encendió las alarmas en Casa de Gobierno.
Y si bien todavía pareciera ser reciente para tomar una medida más dura, o que enrarezca más el clima tenso que se aprecia, la ministra de Salud, Ana María Nadal, le cambió el tono a la situación.
“Ahora los mendocinos nos tenemos que cuidar muchísimo porque sabemos que esta variante tiene mayor tasa de mortalidad, y que quienes la tienen portan una mayor carga viral. Ahora si debemos pedirles que no salgan si no es estrictamente esencial o primordial les pido a todos los mendocinos evitar la circulación”, señaló ante la prensa mendocina.
A pesar de que se encargó de remarcar de que “dos casos no significan que haya transmisión comunitaria de Manaos”, la polémica nuevamente comienza a instalarse.
Será momento de parar la pelota nuevamente, o de seguir transitando este camino incierto, marcado por los enfrentamientos y por las voces, que de un lado u otro, nos tienen más a la deriva que nunca.