Según un estudio realizado por el Centro de Estudios de Seguridad y Ciudadanía (CESEC) y la Universidad Cándido Mendes, un 74% de los alumnos de las escuelas públicas de Río de Janeiro tuvieron que ser víctimas y presenciar un tiroteo entre policías y narcotraficantes.
Lo que agrava aún más esta situación es que la mayoría de las veces se dan cuando los afrodescendientes están en clase. Esto da lugar a que sea un indicador de discrimanción hacia este sector de la población.
El estudio fue llamado “Tiros contra el Futuro: el impacto de la guerra a las drogas en la red municipal de educación de Río de Janeiro”. Aquí se pudo investigar bien cómo influyen las operaciones de control y persecución del narcotráfico que se realizan en Brasil durante las horas de clase y que luego terminan en violencia y tiroteos.
Se llegó a la conclusión que al presenciar y ver los tiroteos y estas situaciones de violencia entre los narcos y la policía, el rendimiento escolar se reduce y también muchos chicos no quieren ir a la escuela, por lo que la terminan abandonando.
Por ejemplo, los estudiantes en las áreas más violentas tuvieron una reducción de 7,2 puntos en el desempeño de lengua y de 9,2 en matemática.
Además, se indicó que la exposición a tiroteos y a las balas perdidas aumentan 2,09% el indice de reprobación académica y crece 46,4% la posibilidad de que al menos un alumno abandone la escuela.