El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue internado anoche en un hospital privado en San Pablo para un tratamiento clínico destinado a combatir una obstrucción intestinal, informaron fuentes oficiales.
De esta forma, descartaron una operación para solucionar el problema del mandatario de 66 años.
“Después de evaluaciones clínicas, de laboratorio e imágenes, el presidente permanecerá internado inicialmente en tratamiento clínico conservador”, indicaron mediante un boletín, los voceros del hospital privado Vila Nova Star, donde llegó desde Brasilia por recomendación de su cirujano gástrico, Antonio Macedo.
El senador Flávio Bolsonaro, hijo del jefe del Estado, dijo que su padre fue sedado e intubado en terapia intensiva en el Hospital de las Fuerzas Armaadas de Brasilia, a causa de dolores abdominales tras una crisis de hipo de 13 días.
Bolsonaro publicó en sus redes que este “desafío” tiene que ver con las consecuencias de haber sido acuchillado en septiembre de 2018 durante la campaña electoral, por un hombre declarado inimputable.
El cirujano viajó de urgencia a Brasilia y recomendó el traslado del paciente a San Pablo.
Bolsonaro se sometió a seis operaciones desde que llegó a la presidencia el 1 de enero de 2019, cuatro de ellas vinculadas a la lesión sufrida en el atentado.
En sus redes sociales, volvió a vincular a la izquierda al atentado que en septiembre de 2018 durante una campaña le dio una popularidad inédita y le permitió vencer las elecciones presidenciales.
“Fue un atentado cruel no apenas contra mí sino contra nuestra democracia”, dijo, pese a que la Policía Federal y el Ministerio de Justicia resolvieron que Adelio Bispo, autor del ataque, era un trastornado mental que está detenido ahora en un hospital psiquiátrico.
Bolsonaro sostuvo en su mensaje que el intento de asesinato “fue promovido por un antiguo afiliado” al Partido Socialismo y Libertad (Psol), al que califica como “brazo izquierdo” del Partido de los Trabajadores (PT) “para impedir la victoria de millones de brasileños que querían cambios para Brasil”.
El presidente debía reunirse el miércoles con los jefes del Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) y del Congreso, en el marco de la tensión abierta por él, luego de amenazar con no reconocer el resultado de las elecciones de 2022, en las que aparece perdedor en las encuestas, en caso de que no se cambien las urnas electrónicas.
Bolsonaro contó a seguidores el lunes y el martes que estaba con una crisis de hipo permanente hacía más de 10 días, lo cual le impedía hablar con claridad.
“El presidente sintió mucho dolor a las 4 de la mañana y la primera dama, Michelle, llamó a los médicos”, contó el periodista bolsonarista Alexandre García, de CNN Brasil, exportavoz del dictador militar Joao Baptista Figueiredo.
El vicepresidente Hamilton Mourao se encontraba viajando hacia Angola para una reunión de países de lengua portuguesa.