El juez federal con competencia electoral Walter Bento viene sufriendo un derrotero por una causa judicial que lo tiene en la mira por presuntamente ser el líder de una asociación ilícita, lavar dinero, enriquecerse ilícitamente entre una serie de delitos.
Tanto el fiscal Dante Vega como el juez Eduardo Puigdéngolas entendieron que el magistrado recibía dinero o bienes a cambio de ciertos beneficios tales como reducción de penas, prisiones domiciliarias o incluso libertades condicionales a presos, principalmente narcotraficantes y contrabandistas.
Bajo la lupa de la justicia quedaron también tres abogados, la esposa del juez Marta Boiza y dos de sus hijos, Luciano y Nahuel Bento, estos tres últimos empleados judiciales. Este expediente en particular tiene a 15 imputados.
Para el fiscal Vega, el crecimiento patrimonial del titular del Juzgado Federal Nº1 de Mendoza no coincide con lo que percibe como funcionario público, por ello se puso el foco en sus bienes y los viajes que asiduamente realiza.
Según un informe realizado por la Dirección Nacional de Migraciones, el juez Bento realizó 69 viajes al exterior pasando en total 761 días fuera del país y entre 2017 y 2021 pasó 264 días en el exterior en un total de 20 viajes.
Todos estos viajes fueron al exterior, en la mayoría de ellos, Bento fue acompañado por su esposa y los destinos más frecuentados fueron Las Vegas y Miami.
Respecto de los vehículos, entre los 4 ostentan: una camioneta Amarok a nombre del juez, una camioneta Audi valuada en 4.300.000 de pesos que estaba a nombre del hijo discapacitado aunque podía ser utilizado por toda la familia y otros dos vehículos Audi que superan un valor de un millón y medio de pesos.
Las adquisiciones y las transferencias de inmuebles fueron otros de los factores analizados por los investigadores y de allí surge la sorprendente cantidad de 9 inmuebles y movimientos de dinero millonarios.
Del análisis se concluyó que el magistrado compraba grandes lotes en barrios privados del Gran Mendoza, pagados en efectivo y en dólares, de hecho no se le conocen grandes gastos realizados con la tarjeta.
Una digresión al respecto: los valores que aparecían en la escritura de compra-venta de esos lotes no coincidían con el valor real. Los investigadores sospechan que se trataron de maniobras de lavado de dinero.
El caso Bento, las instituciones que no funcionan y el silencio cómplice de los medios de Mendoza