En un día muy emotivo, Horacio Clerici, dueño de la cantina de Andes Talleres, nos brindó unos minutos de su tiempo. Hoy 25 de abril, el emblemático lugar de Godoy Cruz cerrará sus puertas y MTN dialogó con Clerici para conocer un poco de la historia de la cantina y los detalles de esta decisión.
“Empezamos en la cantina en el año 2013, exactamente el 6 de diciembre, en un negocio que está adentro del club. Mientras tanto fuimos trabajando acá en la cantina, la cual encontramos en un estado muy malo. Estuvimos 50 días solo limpiando y desinfectando”, contó Horacio en sus inicios.
Y agregó: “También hicimos mucha pintura, habrán visto el mural dedicado a la canción, que fue un trabajo junto a la Municipalidad de Godoy Cruz”.
Horacio nos contó el trabajo que hicieron para darle vida a la cantina: “Cada año arreglábamos algo, desde los baños, hasta la cocina y luego el salón. Pusimos cuadros y hasta montamos una biblioteca. De hecho hay mucha gente que viene, saca un libro, se lo lleva y nos trae otro. O que se sienta a almorzar y cenar y agarra un libro para leer. Ver eso me reconfortó mucho. Más cuando vi a niños del club tomarse un café con leche y agarrar un libro. Eso fue algo muy lindo. También hemos hecho muestra de esculturas. Pero la música tuvo un lugar preponderante en la cantina: sacando cuentas rápidas, tuvimos cerca de 350 espectáculos en todos estos años., entre artistas locales y nacionales”.
La gastronomía, el punto de excelencia: “La comida acá ha sido lo más importante. El concepto fue cuidar los platos que se hacían con el tiempo necesario que tiene que llevar esa comida. Yo cocino desde chico, acompañaba a mi mamá y mi abuela cocinando, o bien a mi padre con los asados. Me quedó ese recuerdo de la comida casera. No sé si hay un secreto para la comida de la cantina, creo que el tiempo necesario que te tomás para hacer un plato es lo que diferencia una comida de la otra. Yo personalmente me encargo de todo lo que se compra en la cocina. Todos los días, de estos siete años he hecho yo las compras de la cantina. Tenemos siempre los mismos proveedores, desde el de la carne hasta el de la verdura y el pan”
El tiempo, la clave: “Lo que pasa ahora es que no hay tiempo. Antes yo veía cómo mi mamá se levantaba un sábado a las 8 de la mañana a hacer un tuco, si llegabas de laburar y te lo comías en 10 minutos, y tu mamá trabajó cuatro horas. Bueno, ese tiempo, es lo que hace que la comida de la cantina sea más rica o no. Y esas cosas nos destacaron frente a los tiempos de hoy, donde todos trabajan y nadie tiene tiempo. Hay comidas que nos llevan 6 o 7 horas de preparación, o bien 24 horas, como un locro”.
El éxito y su momento antes de la pandemia: “Antes de la pandemia nos iba mucho mejor desde el punto de vista de económico. Teníamos a mucha gente trabajando en la cocina y dentro del salón. Esto era un lugar donde permanentemente se festejaban los cumpleaños, porque la cantina tiene una característica donde podés juntar a más de 30 personas, y no hay muchos lugares así. En cuanto al éxito, no estoy seguro. Si éxito significa vivir de esto, sí. Todos hemos vivido de esto. Si éxito se refiere a hacer plata, no, al contrario, tengo el mismo auto de siempre y la casa de siempre. Ahora, si éxito se refiere a la cantidad de gente que ha pasado por acá y de las relaciones personales que hemos logrado, sí, entonces sí, hemos sido tremendamente exitosos y ricos. De acá nos llevamos mucha gente, mucho cariño y mucho amor”.
La crisis por el cierre: “En marzo del año pasado cerramos primero por 15 días, que luego se hicieron 70 días encerrados. Abrimos para el 25 de Mayo del 2020, informando que íbamos a hacer locro, vendimos 130 porciones. No podía creer la cantidad de locro que había; además de 70 docenas de pasteles. Era una cosa de locos, luego de estar cerrados, de golpe vendimos mucho. Luego abrimos el 29 de mayo y ahí nos empezó a ir mal, muy mal. En julio la gente se animó a salir más, teníamos que abrir a las 7 de la tarde porque había como una necesidad de salir luego de haber estado tanto tiempo encerrados. Pero la economía no ayudó, las cosas empezaron a aumentar mucho, los cambios en los costos han sido terribles y tratábamos de llevarlo de alguna forma, tratando siempre de mantener los costos incluso bajando las ganancias”.
“Desde la Cámara de Comercio de Godoy Cruz hicimos muchas cosas para que nos escucharan, tanto el intendente como al Gobernador de la provincia. Ellos hicieron lo que podían en medio de mucha presión que ejercimos desde el comercio, entonces abrieron más acá que en otras provincias, pero siempre estuvimos afectados”, expresó Horacio siguiendo este análisis.
¿Cuándo y cómo tomaron la decisión de cerrar?: “Durante la pandemia se nos vence el contrato y no se volvió a renovar, y lo dejamos. Siempre habíamos trabajado tranquilos porque había un grado de confianza muy fuerte con la Comisión Directiva anterior. En marzo asumió la Comisión nueva y teníamos que arreglar contrato con ellos. La Comisión anterior entendía que esto era un servicio al socio y al barrio, no un negocio inmobiliario. Ellos nos dicen casi a fines de marzo que nos aumentaban un 120% el canon del alquiler, porque consideran que este negocio, por cómo está vale eso, pero este negocio está como está porque lo hemos cuidado nosotros. Presentamos una contrapropuesta, pero no la aceptaron. A partir de ahí ya empezamos a comunicar que nos teníamos que ir. El mes se vence el viernes y necesitamos al menos cuatro días para irnos”
Los eventos programados: “Sí, por ejemplo el 8 de mayo venía Markama. Teníamos una agenda de música tan marcada que ya el que me pedía fecha tenía que darle para julio.
La repercusión del anuncio del cierre de la cantina: “No la esperábamos. Por ahí uno no se da cuenta de lo que genera. No pensábamos que iba a tener semejante repercusión. Yo lo informé en las redes de la cantina, Facebook y estados de WhatsApp, y empezó a generarse una situación que fue terrible, no lo puedo creer. Empezaron a llamar de radios, de medios y no paramos de contestar mensajes. Fue impresionante”.
La emoción de Horacio: “Esto nos genera mucha emoción, porque nos estamos yendo, y también da mucha tristeza y desesperanza. Nos vamos de acá con trabajo y si yo te pregunto cómo creés que vamos a estar dentro un mes, vamos a estar peor que hoy, aún con trabajo. Sin trabajo estaríamos 10 veces peor, obviamente, pero es feo que no haya esperanza, porque sabés que vamos a estar peor y no se ve la salida. Yo estoy muy emocionado, se ve que hemos cosas que a la gente le ha gustado”.
Mirando al futuro: “En mi caso, yo y mi familia nos quedamos sin entrada de dinero y hay que salir a parar la olla de alguna manera. Tenemos una propuesta de un lugar en Tunuyán, y a mí me gustaría seguir haciendo esto. De hecho el próximo anuncio es que íbamos a incorporar un horno de barro. Estuve todo el verano practicando en la casa de un amigo”.
Mensaje final de Horacio