El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) Sede Mendoza, presentó en forma exclusiva para diario Los Andes los resultados del informe Enfoque multidimensional de la pobreza: derechos sociales y económicos. Gran Mendoza 2017-2020.
Qué es la pobreza multidimensional
La medición de la pobreza multidimensional surge de vincular las dimensiones de justo bienestar y derechos sociales a través de una matriz que describe diferentes tipos y grados de privaciones y de desigualdad social.
Así es como se definen cinco categorías: los que no son pobres por ingresos, pero presentan carencias en dimensiones de derechos; los que tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza y no presentan dimensiones con carencia en derechos sociales y económicos; los que no son pobres por ingresos, pero presentan una o más dimensiones de derechos vulnerados.
La cuarta es la de la pobreza multidimensional, que en Mendoza llega al 36,7% de la población: son pobres por ingresos y presentan una o dos carencias de derechos; y la pobreza estructural, que llega al 12,4% de la población y son los que registran al menos tres carencias sociales y cuyos ingresos se encuentran bajo la línea de pobreza.
Entre 6 y 7 de cada 100 hogares experimentan inseguridad alimentaria, y si lo vemos contra 2018 creció, pero no lo agravó la crisis del Covid. “No cayó, pero no se agravó la inseguridad alimentaria y subió con respecto al 2018 y 19. Esto sucedió porque hubo una importante asistencia con AUH, tarjeta alimentar, bonos, IFE, la ayuda de Ongs y también de Cáritas”, explicaron.
El informe indica que casi el 20% de los hogares del Gran Mendoza no accedió a medicamentos, el 16% no logró atención médica y el 6,5% está con inseguridad alimentaria severa.
En servicios básicos destacan que la mejora se ve contrarrestada por la evolución negativa en el déficit de fuentes de energía, que tiene una marcada tendencia alcista en los periodos analizados. Así es como el 2,2% de los hogares no tiene fuentes de energía, el 0,3% no tiene agua corriente y el 6% está sin cloacas, los dos últimos vienen en descenso.
Agregan que de todas las dimensiones, la mejora menos notoria en el último año se evidencia en la vivienda. El análisis revela incluso un notable deterioro en el nivel de hacinamiento. El 13,5% de los hogares del Gran Mendoza están en una vivienda precaria, el 7,7% hacinados y el 2,2 tienen déficit en el servicio sanitario.
En empleo y seguridad social, el 32,6% de los hogares del Gran Mendoza percibe transferencias por algún programa asistencial.
“En el 2020 por primera vez el porcentaje de hogares que recibe transferencias por algún programa social supera al que tienen algún déficit en la dimensión trabajo. Aquí salta la asistencia de la política a sectores con problemas de empleo”, explicaron.
El porcentaje de hogares alcanzado por al menos una carencia se mantiene relativamente estable, llega al 57% según indican desde la UCA. Se observa un comportamiento similar para los hogares que presentaban 2 o más carencias (29,3%) y los más vulnerables, que presentaban 3 carencias o más, que llega al 14,8% de los hogares.
Agregan que al analizar los gráficos de cantidad de carencias desagregadas por nivel socio-económico, que proporciona una medida de desigualdad, se destaca el progresivo incremento en los hogares de clase media baja que han pasado a tener al menos una carencia. “En contraposición, y como un resultado positivo, es notorio el decrecimiento de los hogares de clase baja que presentan tanto dos como tres carencias o más”, señala el informe.
Entre las conclusiones, en el informe destacan que en el 2020 la población del Gran Mendoza medida únicamente por ingresos, la pobreza alcanza el 44% y la indigencia el 8,5%.