La dura situación económica por la que transita Mendoza y el país, sumado a los efectos que trajo la pandemia, ha causado un sinfín de dolores de cabeza en cuanto al cierre de locales comerciales diferentes puntos de la provincia pero, en especial, en el centro.
Actualmente, lejos de ser una ocupación deseada, se registró una recuperación de la mano del sector gastronómico.
Así lo reveló el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios, Estanislao Puelles Millán, que observó dicho movimiento desde el cierre de 2020, al menos en las ubicaciones más requeridas del centro. En este contexto, uno de los rubros que más se ha movido es el gastronómico; según indicó a Eco Cuyo.
Fernando Barbera, de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza (Aegha), explicó que esto puede deberse a que la entrada y salida en gastronomía es muy baja. En otras palabras, no se requiere de grandes capitales para arrancar y tampoco para irse. En especial cuando, al haber cerrado muchos lugares por la crisis, se vende equipamiento usado.
“A fines del año pasado mucha gente se metió esperando un arranque mayor al que en realidad sucedió”, señaló Barbera al tiempo que añadió que –lamentablemente- una gran cantidad de las aperturas observadas, por un lado, no suman en cantidad al sector ya que hay que tener en cuenta todos los que han cerrado en los últimos meses, aunque no le hayan dado de baja de hecho al local en sí.
Para él, la dificultad de estas aperturas es que no siempre logran mantenerse en el tiempo debido a la dificultad de costos y contexto existente. Más allá de que admite que actualmente hay una especie de boom por salir a comer afuera o tomar algo dadas las expectativas de encierro por delante y las restricciones impuestas el año pasado.
En este sentido, Santiago Debé de la inmobiliaria que lleva su nombre, coincidió al observar esta suerte de recuperación de los locales de la mano de la gastronomía. Sin embargo, y como Barbera, no está muy convencido en que los nuevos lugares puedan mantenerse en el tiempo debido a que cree que muchos de quienes entran en el negocio no conocen el rubro y pueden llevarse malas experiencias en la intención de hacer valer sus indemnizaciones o de buscar alternativas a la crisis existente.
Inclusive, la gastronomía ha sido una constante el año pasado como una manera de paliar las bajas en trabajos e ingresos y se observó un importante crecimiento de negocios en las casas o más informales como una manera de salir del paso.
Muchos de los que iniciaron así ahora buscan formalizarse y ampliarse de la mano de un local mientras que otros siguen igual con el consiguiente impacto en los espacios que trabajan con los papeles en regla.
Desde el punto de vista de Miguel Ángel Astorga, el sector gastronómico se está polarizando y el microcentro ha quedado –más que nada- para negocios que priorizan la modalidad para llevar o delivery. Mientras que la Arístides Villanueva en la ciudad es la calle que sigue concentrando en la Ciudad restoranes y bares.