Muchos televidentes que no encuentran ningún programa interesante en la televisión se mudan a mediatecas y servicios de streaming. Allí existe una variedad casi infinita de contenidos apenas pulsando un botón.
Esto funciona de la forma más fácil a través de un Smart TV, un televisor inteligente. ¿Pero qué hacer si el aparato no cuenta con esta tecnología? No hay razón para desecharlo.
“La vía más fácil de actualizarlo es a través de dispositivos o consolas de streaming que se enchufan a la entrada HDMI del televisor y que luego se conectan a la red de internet inalámbrica”, dice Christoph de Leuw, de la revista especializada “Computer Bild”.
En el dispositivo se pueden instalar luego las aplicaciones de las plataformas de streaming o de las mediatecas, aunque varias de las más populares -como Netflix, Amazon Prime Video o YouTube- ya suelen venir instaladas de fábrica.
La condición indispensable para su uso es contar con una buena conexión inalámbrica a Internet.
“La conexión a Internet debería ofrecer un ancho de banda de al menos 50/Mbit por segundo, ya que para un streaming en 4K sin alteraciones se necesita de forma continua cerca de 25 Mbit/s”, señala Wolfgang Pauler, de la revista “Chip”.
El experto afirma que también hay modelos que se pueden conectar con un cable de red al router, lo que siempre brinda una conexión más estable.
Los costos de esta opción para actualizar un televisor son razonables. Los dispositivos de streaming más básicos, entre ellos los de Amazon, Google o también Xiaomi, se pueden obtener a partir de los 30 euros (35 dólares). Quien más invierta notará una diferencia, en particular en el servicio o la calidad de imagen.
En principio también se puede conectar el televisor a la red a través de una notebook o una tableta, aunque según De Leuw este sistema es claramente mucho menos confortable.
“La ventaja del dispositivo es que el comando en general se realiza desde un control remoto adicional, algunos ya cuentan incluso con control de voz”, apunta el especialista. Con una notebook, en cambio, el televisor es utilizado más como una ampliación de la pantalla y los controles se operan desde el ordenador.
Otra posibilidad es un reproductor de Blu-ray con conexión a Internet por red o inalámbrica.
“Especialmente quien dispone de una gran colección de DVDs y Blu-rays, tiene ambos mundos en un solo dispositivo y puede tanto ver películas por streaming o en discos físicos que ya tenga”, destaca Herbert Bisges, del portal especializado HIFI.de.
Con precios a partir de 100 euros, estos reproductores representan una opción claramente más barata que un comprar un Smart-TV nuevo.
También las consolas de juego más actuales funcionan como una gran central de entretenimiento que permite no solo jugar juegos y reproducir discos sino que también tienen acceso a Internet. También algunos receptores satelitales y de IPTV ofrecen conexión a Internet.
Quien valore una buena calidad de imagen debería primero comprobar de qué es capaz el televisor que posee antes de comprar una solución para actualizarlo.
“Si el televisor solo gestiona el Full HD, no tiene mucho sentido invertir más dinero en un stick 4K”, dice Pauler. En cuanto a la selección de aplicaciones, las ofertas no se alejan mucho unas de otras. También es posible en general actualizar las aplicaciones sin mayor problema.
Bisges afirma en tanto que Apple TV tiene ventajas para quienes ya utilizan iPhone y iPad. “Los dispositivos trabajan bien juntos, lo que significa que, por ejemplo, se puede transmitir contenido desde el iPad vía AirPlay muy fácilmente a una pantalla grande”, explica el especialista.
Además de la oferta propia de Apple, los usuarios también pueden utilizar aplicaciones de streaming de otros proveedores como Netflix, Amazon Prime y Sky. En cuanto a costos, sin embargo, el precio de la caja de Apple TV es significativamente más alto que el de los sticks.