Esta semana, el Banco Central de Bolivia (BCB) reveló que devolvió una cifra cercana a los 351,5 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional. El préstamo había sido solicitado durante el mandato de Jeanine Áñez.
En abril del 2020, la ex mandataria había pedido un préstamo al organismo internacional con el motivo de engrosar los recursos económicos disponibles para afrontar la pandemia.
Según informó el BCB en un comunicado, el crédito fue “irregular y oneroso por las condiciones financieras”. En el mismo documento, el organismo aseguró que por variación cambiaria e intereses devenidos de ese préstamo, Bolivia perdió alrededor de 24,3 millones de dólares.
Junto con esto, también se expresó que el arreglo “condicionó a una serie de imposiciones fiscales, financieras, cambiarias y monetarias” con el FMI. Sobre el final del comunicado, el organismo afirmó que tomará las acciones necesarias contra los funcionarios del gobierno de Áñez que hayan participado o autorizado la solicitud del préstamo al Fondo Monetario Internacional.
Al desmenuzar la cifra que devolvió el Estado boliviano, se puede ver que la cifra original que había recibido de la organización estadounidense fue de 327 millones de dólares. A eso se le sumaron 19,6 millones correspondientes a la variación cambiaria mencionada en el comunicado y los 4,7 millones en virtud de intereses.
La discusión pasó por el Congreso y generó algunas asperezas entre la Comisión de Planificación de la Cámara de Diputados y el Poder Ejecutivo, por la falta de información financiera.