
El caso irrumpe en el momento más delicado para el presidente de la AFA, que atraviesa una doble crisis: un cuestionamiento millonario por el flujo de dinero de una firma cercana y la revelación de que la entidad habría usado un documento falsificado para sancionar a Estudiantes que se plantó ante su conducción (el famoso “pasillo del campeón”).
Según la presentación de la DGI (ARCA), la operatoria bajo investigación movió alrededor de $818.000 millones.
El organismo detectó que los fondos circularon a través de la billetera virtual de Sur Finanzas mediante usuarios sin actividad económica declarada o monotributistas de categorías bajas.
En esa línea, la DGI calcula que la financiera evadió más de $3.300 millones en Impuesto al Cheque. La figura de Maximiliano Ariel Vallejo, vicepresidente de la firma y habitual acompañante de Tapia en actos y redes sociales, suma presión política y expone con mayor nitidez el cruce entre poder económico y poder deportivo.
A este frente judicial se le agrega el escándalo administrativo que ya llaman “PDFgate”. El Tribunal Oral Federal 7 (TOF 7) verificó que la entidad intentó sancionar a Estudiantes de La Plata, presidido por Juan Sebastián Verón, por el “pasillo de espaldas” a Rosario Central, utilizando el Boletín N°6625 fechado en febrero de 2025.
Peritos informáticos determinaron que el archivo se creó y se modificó el domingo 23 de noviembre, apenas horas después del partido, lo que expone a la AFA a una denuncia por adulteración de un documento oficial.
El equipo legal de Estudiantes analiza presentar una denuncia por fraude, en especial si la AFA decide suspender a los jugadores que participaron del gesto.




