La Dirección General de Escuelas (DGE) respondió al grave episodio escolar ocurrido en la escuela Marcelino Blanco de La Paz, donde una alumna de 14 años ingresó con un arma de fuego, efectuó disparos y se atrincheró durante casi cinco horas, generando pánico entre estudiantes y docentes.
Como consecuencia del incidente, dos alumnas fueron hospitalizadas por ataques de ansiedad, y una de ellas sufrió convulsiones, según detalló un familiar. La joven protagonista del hecho fue desarmada tras una prolongada negociación y trasladada junto a su familia a un hospital público.
Ante la situación inédita en Mendoza, el ministro de Educación, Tadeo García Zalazar, anunció una jornada institucional de reflexión que se llevará a cabo este viernes, con la participación de docentes, alumnos y familias, acompañados por equipos técnicos de la DGE. La medida busca generar un espacio para procesar los hechos y reforzar la conciencia sobre la violencia escolar.
En paralelo, la DGE intensificará los espacios de orientación en salud mental, ya existentes en la institución, y brindará atención psicológica inmediata a quienes lo necesiten. “Vamos a reforzar estas instancias para dar respuesta inmediata a los estudiantes y familias afectadas”, subrayó el ministro.
Otro de los anuncios importantes se centró en la responsabilidad compartida con las familias. La DGE propuso modificar el Código Contravencional para incluir sanciones a los padres de alumnos que ejerzan bullying, reconociendo que la prevención de la violencia escolar requiere del compromiso de la primera educadora: la familia.
El incidente, que generó conmoción en La Paz y en toda la provincia, involucró una pistola 9 mm, que según trascendió pertenecía al padre comisario de la alumna. Durante el suceso, uno de los disparos rozó a una preceptora, mientras que el personal directivo, docente y no docente aplicó el protocolo previsto para estos casos.
