La brecha se amplía: cada vez les cuesta más a los mendocinos viajar a Chile

La suba del dólar en Argentina encareció la relación cambiaria con el peso chileno. En apenas un mes, cubrir un gasto de $1.000 chilenos cuesta casi $90 más que en julio.

La volatilidad del dólar en Argentina sigue golpeando el poder de compra de los viajeros, especialmente de los mendocinos que cruzan a Chile con frecuencia. Aunque el mercado cambiario chileno se mantuvo relativamente estable, la disparada del tipo de cambio local encareció las compras y gastos del otro lado de la cordillera.

Cómo cambió la paridad en un mes

A fines de julio, se necesitaban alrededor de $1.333 pesos argentinos para cubrir un gasto de $1.000 pesos chilenos. Hoy, esa misma operación requiere $1.422 argentinos, es decir, $89 más en apenas seis semanas.

El salto se explica por el aumento del dólar en Argentina —que pasó de $1.333 a $1.370 en el mercado paralelo— mientras que en Chile la divisa se mantuvo prácticamente estable, en torno a los $963,2.

compras Chile
 

Un contexto estable en Chile

El mercado cambiario chileno cerró la semana con el dólar a la baja. La moneda estadounidense cotizó a $963,2, acumulando un descenso de $2,3 durante la semana. La estabilidad estuvo apuntalada por expectativas de recortes de tasas de la Reserva Federal en EE.UU. y por la evolución del cobre, que si bien no impulsó al peso chileno, contribuyó a sostener su solidez.

Estrategias de los viajeros

Ante esta diferencia, muchos mendocinos buscan opciones para reducir el impacto de la brecha. La recomendación habitual es evitar la compra directa de pesos chilenos en casas de cambio locales —donde los sobrecostos son mayores— y, en su lugar, llevar dólares o pagar con tarjetas de débito en moneda extranjera. Estas alternativas permiten acceder a un tipo de cambio más conveniente y cuidar el presupuesto del viaje.

En un escenario de alta incertidumbre política y económica en Argentina, los números confirman que viajar a Chile resulta cada vez más caro para los argentinos, aun cuando la economía trasandina mantiene cierta estabilidad.

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