Una fiscal del estado de Georgia abrió hoy una investigación penal sobre los intentos del expresidente Donald Trump de interferir en el resultado de los comicios del 3 de noviembre para revertir su derrota.
Trump hizo una llamada telefónica el 2 de enero al secretario de Estado de ese territorio, Brad Raffensperger, a quien le pidió encontrar a toda costa votos para evitar el triunfo del ahora titular de la Casa Blanca, el demócrata Joe Biden, lo que puede constituir una intervención extraordinaria en el proceso electoral.
Fani Willis, la fiscal demócrata elegida recientemente en el condado de Fulton, envió hoy una carta a varios funcionarios del Gobierno estatal, incluido Raffensperger, en la que les pide que preserven los documentos relacionados con la llamada de Trump, según dijo al diario The New York Times un empleado estatal.
Esa comunicación telefónica fue uno de los varios intentos del exgobernante para persuadir a los principales directivos republicanos en Georgia para que denunciaran casos de fraude electoral que pudieran cambiar el resultado de las presidenciales en las que triunfó Biden.
La fiscal explicó que “la investigación incluye, pero no está limitada a, potenciales violaciones de la ley electoral de Georgia, que prohíbe la incitación al fraude electoral; decir afirmaciones falsas a cuerpos gubernamentales estatales y locales; conspiración; chantaje; y cualquier participación en amenazas a la administración electoral”, según la agencia Europa Press.
La investigación se registra cuando Trump enfrenta un segundo juicio político en el Senado, acusado de incitar a la insurrección que derivó en que partidarios y seguidores del magnate ocuparan el capitolio el 6 de enero.
La violencia de ese día siguió a semanas de afirmaciones sin pruebas del exgobernante de que el fraude electoral lo privó de la victoria, incluso en Georgia, donde perdió por unos 12 mil votos.
Hasta dos meses después de que Biden fuera declarado ganador, Trump atacó a directivos electorales en Georgia, incluidos Raffensperger y el gobernador republicano, Brian Kemp, porque no hacían lo suficiente para descubrir casos de fraude que cambiaran el resultado.
Además de la llamada telefónica a Raffensperger, Trump también se comunicó con Kemp a principios de diciembre y lo presionó para que convocara una sesión legislativa especial con el fin de revertir su derrota.
La indagación convierte a Georgia en el segundo estado, después de Nueva York, donde Trump enfrenta una pesquisa criminal, y según el Times sucede en una jurisdicción en la cual es poco probable que los jurados potenciales sean solidarios con el expresidente, reportó la agencia Prensa Latina.
Georgia, un estado tradicionalmente conservador, se convirtió en un territorio clave para los resultados de las elecciones de noviembre y fue la primera vez en casi 30 años que sus electores le dieron el triunfo a un candidato demócrata.