En las últimas horas, la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) volvió a funcionar en Córdoba. Luego de tres días de cierre preventivo a raíz de protesta de sus trabajadores, la empresa estatal reabrió sus puertas tras cumplir con los salarios adeudados correspondientes al mes de abril.
De todos modos, el destrabe del conflicto primario no terminó con todos los problemas que FAdeA acarrea a nivel laboral y mucho menos financiero. Los empleados todavía sostienen reclamos debido al atraso salarial y los proveedores esperan con ansias que les cumplan con las deudas que la empresa mantiene por casi 19 millones de dólares.
Al respecto, ayer se produjo el desembarco de Julio Manco, el abogado que el Gobierno nacional nombró como presidente de la compañía. El cambio de directiva se dio tras un proceso de normalización inicial en el cual se produjeron salidas de trabajadores en más de 200 puestos y otros tipos de ajustes.
La llegada de Manco implica nuevas negociaciones con la dirección de la empresa y los empleados. En tal sentido, los metalúrgicos cordobeses reclamaron soluciones definitivas al Estado Nacional y más concretamente al Ministerio de Defensa comandado por Luis Petri.
FAdeA en la cuerda floja
De acuerdo a lo manifestado por trabajadores sindicalizados, la empresa transita un periodo de incertidumbre que hace inviable su correcto funcionamiento. Si bien durante los últimos meses los números “se acomodaron” a partir de medidas de normalización y concreción de contratos privados, la realidad indica que la rentabilidad de FAdeA sigue siendo baja a pesar de ser una industria de alta especialización.
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En la actualidad, FAdeA mantiene como principal cliente a las Fuerzas Armadas. Mientras tanto, su cartera privada se encuentra acotada con acuerdos celebrados con Embraer y algunas aerolíneas como Flybondi, en lo que refiere a servicio de fabricación de piezas y mantenimiento de aviones civiles.
Para poder avanzar en mayores niveles de rentabilidad, para la firma estatal es imperioso ampliar con su cartera de contratos privados. Claro que para concretar eso, necesita de la llegada de inversiones financieras que le permitan expandir su capacidad de trabajo.
“La industria metalúrgica cordobesa espera, entonces, con urgencia, que el Gobierno nacional asuma su rol y anuncie los pasos a seguir en dirección a la promoción de oportunidades para que los trabajadores y los industriales, siempre comprometidos a colaborar con el crecimiento de la producción argentina, sigan demostrando su idoneidad, calidad y capacidad”, dijeron los metalúrgicos cordobeses en un comunicado que publicado por los colegas de La Voz.
Las dudas del Gobierno
Para el gobierno de Javier Milei, FAdeA es una empresa “privatizable”. Inclusive, la compañía figuraba en el listado de corporaciones estatales sensibles a un traspaso a manos privadas.
Sin embargo, esa posibilidad perdió peso con el correr de los meses y el tema, por ahora, quedó en la nada.
En ese marco, es que en la empresa instalada en Córdoba no se viven horas fáciles, ya que la incertidumbre perjudica a todos los actores involucrados y puede ocasionar serias complicaciones en el tejido industrial nacional.
