Un grupo de amigos sanrafaelinos creo un aparato que sirve para detener el sedentarismo, sin la necesidad de salir de casa. Lo llamaron “pie-cleta”, y gracias a su utilización, un vecino de la ciudad sureña, mejoró considerablemente su estado de salud.
Gustavo, uno de los creadores, charló con Diario San Rafael, y recordó que esto se dio hace alrededor de un año y medio, a raíz de la necesidad de un amigo que tiene una rutina de trabajo que lo obliga a permanecer muchas horas sentado o parado con sus pies quietos, lo que le provocó tromboflebitis (proceso inflamatorio que hace que se forme un coágulo de sangre que bloquea una o más venas, por lo general, de las piernas).
Debido al paso del tiempo y a su exigente rutina, tuvo que recurrir a un flebólogo, que le indicó que debía hacer ejercicios, pero su trabajo se lo impedía. “Él estaba en una situación de compromiso y fue ahí cuando nos visitó y preguntó si podíamos darle una mano, con algún ‘aparatito’. Él tenía que hacer ejercicio estando sentado, pues son muchas las horas que pasa frente a la computadora; y empezó la problemática porque empezamos a ver en el mercado lo que había, para copiarlo o enterarnos, y resultó que no había nada que se adaptara. Lo más parecido era una pequeña bicicleta o unos pedales que se ponen cuando uno se sienta, pero eso no se puede usar cuando está el escritorio, y los movimiento son muy bruscos, entonces si bien podía llegar a ayudar con el problema, no sería para la circunstancias”, explicó.
Durante la charla con los colegas del sur, agregó que observaron en televisión un artefacto eléctrico que hace mover los pies, pero tampoco era útil. Sucede que el corazón no tiene la capacidad de levantar la sangre de las piernas, por lo que la caminata es la única manera de lograrlo.
Analizaron varias ideas, hasta poder darle forma a un dispositivo similar a un apoyapié mediante el cual se lograba el buscado ejercicio. “Logramos este aparato al que terminamos poniéndole un nombre un poco ‘campechano’ y agradable, como es ‘pie-cleta’”, comentó, y sostuvo que a los dos meses de que su amigo lo utilizara, se le fue aquel problema de salud.
Desde entonces fueron mejorando el diseño de la “pie-cleta”, e incluso se la mostraron a profesionales de un centro de rehabilitación. “Ahí empezamos a descubrir otras bondades que no esperábamos”, señaló.
Básicamente, la pie-cleta está compuesta por dos plataformas (una para cada pie) que se accionan mediante un pivote que está diseñado con inestabilidad deliberada, por lo que uno nunca puede posicionar cómodamente las dos plataformas a nivel. De esa manera, al no poder igualarse, lleva a un movimiento constante. Además, hace trabajar de manera indirecta los hemisferios del cerebro ayuda, por ejemplo, a la memoria, además de generar beneficios en otros puntos del cuerpo, como en el nervio ciático.