Desde mediados de julio, el carril Sarmiento y un tramo de Irigoyen, en los departamentos de Godoy Cruz y Maipú, han sido el centro de una importante obra hídrica. Coca Cola Andina está finalizando un acueducto subterráneo de casi 4 kilómetros, diseñado para descartar sus efluentes industriales y convertirlos en agua de riego, un aporte directo al sistema gestionado por el Departamento General de Irrigación (DGI).
La instalación de este acueducto, realizado con cañerías de PVC de 200 milímetros, fue ejecutada por la empresa constructora Da Fre y financiada íntegramente por la compañía. Según Marcelo Landini, subdelegado de Aguas del Río Mendoza, esta infraestructura permitirá evitar la descarga de estos efluentes en el sistema cloacal, solucionando problemas de capacidad y permitiendo el reúso del recurso hídrico.
“Las condiciones del agua que llega al colector Pescara son óptimas para su transformación en agua de riego destinada a la hijuela Nueva Sánchez. Esto representa un uso más eficiente del recurso”, explicó Landini.
A pesar de los beneficios proyectados, las obras han generado complicaciones en el tránsito vehicular en las transitadas calles Sarmiento e Irigoyen, causando embotellamientos y molestias en los vecinos. No obstante, las autoridades han mantenido habilitado al menos un carril en todo momento para minimizar el impacto.
El retorno de Coca Cola Andina a la producción en Mendoza, luego de 22 años de inactividad en su planta ubicada en el carril Cervantes, generó críticas de algunos vecinos, quienes relacionaron a la empresa con problemas históricos de baja presión de agua en la zona.
Con la obra en su fase final, se espera que este acueducto subterráneo no solo aligere el sistema cloacal local, sino que también aporte una solución innovadora y sostenible al riego agrícola en la región.
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