“El dictado de clases es para mí un aspecto prioritario este año”, lanzó el presidente Alberto Fernández el fin de semana pasado haciendo alusión al regreso a clases a partir del mes de marzo.
Las que deberán resolver y sortear los obstáculos son las provincias, las encargadas de que el el Ciclo Lectivo 2021 se lleve a cabo de forma presencial.
El ministro de Educación de la Nación, Nicolas Trotta, hace unos días que comenzó a concretar encuentros con los gobernadores y con el área educativa de cada provincia, una tarea que aún no ha finalizado.
Según el portal Infobae, el próximo viernes a las 18 horas se realizará un encuentro virtual entre Trotta y los ministros de Educación provinciales de todo el país con el objetivo de acordar el regreso a clases presencial para este año.
Durante el 2020, las políticas en materia educativa se centraron desde el Ministerio nacional, dicho sea de paso, y a pesar de la autonomía de cada una de las jurisdicciones, cualquier medida que se quisiera implementar debía ser primero consensuada con la cartera de Educación de la nación.
En cambio, este año, las provincias volverán a tener la potestad de llevar adelante las políticas que consideren necesarias con autonomía. Por ello, desde el Gobierno de Alberto Fernández se pide que se abran las aulas.
Para poder cumplir con ese propósito, los ministros le harán unos ajustes al semáforo epidemiológico, el cual funciona con tres variables: el nivel de trasmisión, la cantidad de contagios en comparación a las últimas dos semanas y el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva,
Si rigiera este mismo mecanismo de control, prácticamente ninguna provincia estaría en condiciones de abrir las puertas de las escuelas.
Esos indicadores ahora serán más flexibles, por lo que Nación le pedirá a las provincias que deleguen la apertura de las instituciones educativas a los Municipios, para que sean los intendentes quienes analicen la situación epidemiológica.
Lo que se busca evitar con esto es que no suceda, como en el 2020, que provincias enteras se queden sin clases por brotes en las grandes ciudades.
Asimismo es dable destacar que, luego del personal de salud, adultos mayores, fuerzas de seguridad y personas con enfermedades preexistentes, se encuentran en la lista para recibir la vacuna contra el coronavirus el personal docente y no docente.
Todo el personal educativo agrupa a poco más de 1.4 millones de personas y en ese sentido, en los días venideros el Gobierno anunciará los plazos de vacunación.
Es dable destacar que de todas formas ya están definidas las prioridades dentro de este grupo de personas ya que por la naturaleza de su trabajo son los más expuestos: docentes de educación especial, de nivel inicial y primer ciclo de primaria.
En tal contexto, Trotta creará un registro con el fin de que los maestros puedan anotarse para recibir la vacuna y poder ver también cómo va avanzando el plan de vacunación.
Esta es la principal discusión entre el Gobierno y CTERA, ya que el sindicato docente supeditó el regreso a clases con la aplicación de la vacuna. Vale destacar que como las clases iniciarán en febrero, no va a alcanzar el tiempo para vacunar a todo el personal educativo.
“Vacunación no es condición indispensable para que empiecen las clases”, es lo que responde el ministro. “Los gremios acompañaron el regreso a la presencialidad durante el 2020 en más de la mitad de las provincias argentinas y no había vacuna. Su esfuerzo para llevar adelante la continuidad pedagógica y mantener las escuelas abiertas para garantizar la alimentación son muestras de su enorme compromiso. Vamos a trabajar mancomunadamente para que las y los alumnos regresen de manera cuidada a las escuelas de todo el país”, aseguró Trotta el martes pasado desde San Juan.
Lo que aún falta terminar de definir es la intensidad de ese regreso a clases. Según un relevamiento que llevó a cabo infobae, la mayoría de las provincias lo hará de forma hibrida, es decir, con alternación en la presencia reforzada de forma virtual.