El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, dio un contundente mensaje ante Javier Milei y todo el gabinete en el tradicional tedeum del 25 de Mayo.
“La gente está haciendo un esfuerzo muy grande y no podemos hacernos los tontos, hay que responder con hechos”, lanzó el religioso.
Durante el primer tramo de su discurso en la catedral de Buenos Aires, el religioso dijo que pareciera haber “manos paralizadas” para el encuentro, para “abrazar a los heridos” y “para ser solidarios con los que menos tienen”. Además, advirtió sobre tener “las manos manchadas de sangre por el narcotráfico, las manos sucias de la corrupción y la coima, las manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia”.
El cardenal Jorge García Cuerva habló en el Tedéum por el 25 de Mayo que contó con la presencia de Javier Milei, funcionarios y parte de la dirigencia política.
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— Radio Rivadavia (@Rivadavia630) May 25, 2024
García Cuerva señaló que “hay parálisis que no se pueden postergar en nombre de un futuro prometedor” ya que ”generaría consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas” y se refirió a la malnutrición en la primera infancia y al complejo momento que viven los jubilados “incapaces de sostenerse con un mínimo de dignidad”. Como si fuera poco, pidió mejorar el acceso a la educación y a la salud.
El arzobispo, además, le pidió una autocrítica a la clase política, y que asuman responsabilidades y se pregunten qué están haciendo por los que sufren. “¿Podremos mirarnos y responder esa pregunta sin echar culpas como adolescentes, sino desde la responsabilidad de hacernos cargo incluso si es necesario realizando una autocrítica madura que necesita escuchar nuestro pueblo?”, soltó. También pidió “desterrar la conocida doble vara que no nos permite ser ecuánimes” y a veces lleva a “defender lo indefendible”.
Posteriormente, destacó las complicaciones que genera el ajuste de las cuentas públicas que lleva adelante el gobierno, y frente a la vicepresidenta Victoria Villarruel, cuestionó los incrementos de sueldos que se dieron el Ejecutivo y los senadores.
“La gente está haciendo un esfuerzo muy grande, no podemos hacernos los tontos, hay que acompañar con hechos y no solo con palabras ese enorme esfuerzo. Por eso siguen doliendo las acciones de la dirigencia, divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados autoaumentos de sueldos”, manifestó García Cuerva.
Asimismo, apeló al consenso entre la dirigencia y advirtió sobre el aumento de los discursos de odio. En tal sentido, pidió “probar la fuerza subversiva de la gratitud, que no construye en base a la denigración, ni a la manipulación, sino que es capaz de despertar la fuerza de la solidaridad como forma de construir la historia, y de la creatividad como dimensión esencial para generar nuevas posibilidades”.
“Hay pocas cosas que corrompen y socavan más a un pueblo que el hábito de odiar”, agregó.
Sobre el cierre, le pidió a la dirigencia “comprometerse delante de Dios a generar todas las acciones de gobierno y políticas públicas necesarias para que la acción de gracias de hoy no quede encerrada en la catedral y congelada en este día, sino que continúe en las calles y en la vida de todos los argentinos”.