En las últimas horas se conoció un nuevo peritaje médico que podría generar un cambio en el caso Maradona. Según estableció el informe, Diego Maradona murió el 25 de noviembre del 2020 por un “paro cardiorrespiratorio secundario a edema agudo de pulmón producido por insuficiencia ventricular izquierda agusane un cuadro agónico de corta duración, siendo estimado en minutos o a lo sumo en pocas horas”.
Las conclusiones fueron presentadas por el perito forense Pablo Ferrari, experto oficial de la Suprema Corte Bonaerense en la asesoría pericial de San Isidro. Fue pedido por el abogado de Leopoldo Luque, Julio Ribas; y el de Agustina Cosachov, Vadim Mischanchuk.
Qué decía el primer informe
El único informe que había sobre la muerte de Maradona hasta el momento era el de la Junta Médica elaborado por policía científica Bonaerense que había señalado una insuficiencia cardíaca con agonía de hasta 12 horas. Por esto habían concluido que su muerte había sido previsible y que el accionar médico fue “deficiente, ineficiente e indiferente”.
El neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov junto a otras seis personas están acusadas y con juicio a iniciar el próximo 4 de junio por homicidio simple por dolo eventual. Es decir, sabían que Maradona podía morir y no lo evitaron.
Nueva hipótesis
El segundo informe sostiene otra hipótesis en cuanto a que no fue agonía sino que fue abrupto. Según el estudio del forense Ferrari presentado ante el Tribunal Oral Criminal 3 de San Isidro, Maradona tuvo una “arritmia ventricular aguda de origen orgánico o la acción externa de un elemento distinto al natural no pudiendo descartar la presencia de un tóxico ajeno a las drogas terapéuticas”.
En ese sentido, el perito recordó que Maradona tuvo “antecedentes de consumo”.
Además, denuncia una irregularidad en cuanto a las muestras de orina una vez que se hizo la autopsia de Maradona horas después de ese 25 de noviembre pasado. Según señaló, se extrajeron 300 mililitros de orina para ser examinados pero a laboratorio llegaron apenas dos tubos con 12 milímetros cada uno y con firmas adheridas a los mismos que son “ilegibles”. Ello sería insuficiente para hacer los análisis del caso y por eso la gravedad de lo señalado.