La última vez que el Capitolio fue infiltrado y comprometido fue el 24 de agosto de 1814, cuando tropas inglesas atacaron la ciudad de Washington durante la guerra de 1812. Hasta ahora, 6 de enero, 2021.
Los británicos intentaron incendiarlo en el contexto de la guerra británica-estadounidense de 1812. Hace 207 años.
Cuando ya caía la noche del 24 de agosto, cientos de soldados marcharon hacia la ciudad y, uno tras otro, dejaron sus edificios públicos más emblemáticos “envueltos en una serpenteante capa de fuego”, como lo describió el autor Stephen Vogel en su libro sobre el tema.
La quema de Washington, como ha pasado a conocerse ese día, fue un golpe humillante para un país que precisamente se había independizado de los británicos hacía casi cuatro décadas.
“El incendio del Capitolio y la Casa del Presidente -como se le decía a la Casa Blanca en ese entonces- realmente conmocionó a los estadounidenses de manera similar a los eventos en Pearl Harbour, cuando fue atacado el país, y después del 11 de septiembre”, le dijo Vogel a BBC Mundo.
El incendio de la Casa Blanca y el Capitolio fue uno de los episodios más significativos y dramáticos de un conflicto de 32 meses entre Estados Unidos y Reino Unido que comenzó en 1812 con la declaratoria de guerra firmada por el presidente James Madison.
Estados Unidos tenía la sensación, explica Vogel, que los británicos estaban pisoteando la joven soberanía del país, al restringir por ejemplo el comercio con Europa u obligar a marineros estadounidenses a que trabajaran en navíos de la flota real.
En esos años, Reino Unido estaba inmerso en una intensa guerra con el imperio francés de Napoleón y, si bien no tenía mayor interés en una guerra adicional con Estados Unidos, tampoco estaba dispuesto a dejarse vencer por su excolonia.
Sin embargo, sólo tomaría un rol mucho más ofensivo en 1814, después de que Napoleón se exilió en la isla mediterránea de Elba, y su principal golpe a Estados Unidos ocurrió precisamente en la capital.
“Los británicos invadieron Washington con un objetivo primordial”, le dice a BBC Mundo Bill Bushong, historiador de la Asociación Histórica de la Casa Blanca (WHHA, por sus siglas en inglés). “Ese objetivo era moralizar a los estadounidenses, ponerlos simbólicamente de rodillas quemando sus edificios públicos”.