Las autoridades de la isla hawaiana de Maui elevaron a 110 el balance oficial de fallecidos por la ola de incendios forestales, mientras se espera que la cifra aumente a medida que se sigan rastreando en los próximos días las zonas que quedaron calcinadas por los fuegos.
Por su parte, la Casa Blanca confirmó que el presidente de Estados Unidos Joe Biden y su esposa Jill viajarán el próximo lunes al archipiélago para reunirse con sobrevivientes y rescatistas que trabajan para combatir los incendios.
El número de muertos por los incendios en Hawái asciende a 110, confirmó el gobernador Josh Green, quien reiteró que se aguarda que ese número siga aumentando mientras avanzan las operaciones de rastreo en las zonas afectadas
El condado de Maui consideró controlados en su mayor parte los principales focos ígneos, al 75 y el 80 por ciento, pero las autoridades insistieron en estos últimos días en que “el peligro no cesó” y es necesario “seguir vigilando” frente a la posibilidad de que surjan nuevos focos, informó la agencia Europa Press.
Pese al elevado número de fallecidos ya confirmados, la Policía aseguró que solo cinco de estas víctimas fueron identificadas. En este sentido, trascendieron dos identidades, las de Robert Dyckman, de 74 años, y Buddy Jantoc, de 79, ya que los otros tres nombres están a la espera de que sus respectivas familias sean notificadas.
Por su parte, el ministerio de Exteriores de México también aseguró este miércoles que hay dos personas de esa nacionalidad entre los fallecidos.
Biden y su esposa Jill se reunirán el próximo lunes en Maui “con los primeros socorristas, supervivientes y funcionarios federales, estatales y locales”, informó la Casa Blanca en un comunicado.
“Sigo comprometido en dar todo lo que la gente de Hawái necesita mientras se recuperan de este desastre”, dijo el presidente en sus redes sociales.
En Lahaina, que tenía 12.000 habitantes antes de la tragedia, más de 2.000 edificios quedaron destruidos y muchas viviendas arrasadas. Biden firmó la declaración de catástrofe natural para poder financiar los equipos de emergencia y la reconstrucción, aunque la gestión de la crisis ha sido duramente criticada y muchos habitantes han dicho sentirse abandonados por las autoridades.