El juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, le negó la excarcelación a la azafata de Aerolíneas Argentinas que se encuentra detenida como presunta autora de una llamada que alertó sobre la supuesta colocación de una bomba en un vuelo de la compañía del domingo 21, con destino a Miami, cuyo despegue quedó demorado más de 7 horas tras la amenaza.
El magistrado consideró que, de recuperar la libertad, Daniela Carbone podría poner en riesgo la investigación, ya que se detectó que antes de ser detenida intentó borrar el contenido del teléfono desde el cual, con el chip cambiado, se habían proferido las amenazas.
El juez, de todas formas, abrió un incidente para que se evalúe la posibilidad de concederle la prisión domiciliaria.
“Se encuentra acreditado en grado de provisionalidad propio de la etapa por la que transita este proceso, que la justiciable intentó de manera remota, restablecer el dispositivo Iphone secuestrado en la instrucción del expediente y borrar todo su contenido y, de esta manera, elementos probatorios de suma importancia para la causa“, sostuvo el juez, en línea con lo que había opinado el fiscal Sergio Mola.
“Lo antes dicho habría sido realizado mediante maniobras a través de ‘Apple Support’, las que, si bien no habrían logrado el fin perseguido por motivos probablemente ajenos a la voluntad de la imputada, efectivamente, de haber tenido lugar, habrían ocasionado la pérdida de elementos cruciales para el descubrimiento de la verdad de los hechos bajo pesquisa”, detalló el magistrado.
La mujer, de 47 años y con 25 años de antigüedad en la empresa, que se había negado a declarar ayer ante el juez Villena, se encuentra alojada en una celda en dependencias de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Ezeiza.
La situación de la mujer es “muy comprometida” y que, independientemente de que pueda seguir el proceso en su domicilio, deberá afrontar varios cargos penales y económicos, debido a los perjuicios ocasionados con su accionar.
Las fuentes advirtieron que “hay elementos de prueba suficientes” contra la mujer a quien se acusa de “coacción agravada al piloto” por “referencias a su familia”, luego de haber intentado “hacer pasar la amenaza como una interna sindical“.
La azafata fue apresada al arribar al país en su último vuelo y está acusada de ser la autora del llamado que recibieron tanto el comandante de a bordo en su teléfono celular personal, como otros integrantes de la empresa.
La llamada puso en alerta a la seguridad del aeropuerto, que implementó un operativo que demoró la salida del vuelo y generó complicaciones a los 270 pasajeros que viajaban en la aeronave.