Hoy es el sexto día en el juicio por Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años asesinado a golpes por 8 rugbiers en Villa Gesell, a la salida del boliche Le Brique.
Lo que llamó la atención es que los chicos que mataron a Fernando se quitaron el barbijo y dejaron sus caras descubiertas. Es la segunda vez que muestran sus rostros desde que empezó el juicio.
Quien ya dio su testimonio en la sala de audiencias fue Carolina Giribaldi Larrosa médica generalista y emergentóloga desde hace 18 años en el Hospital municipal de Villa Gesell. Fue una de las tantas personas que socorrió a Fernando.
Contó que la madrugada del 18 recibió un llamado al 107 a las 5 de la mañana que avisó sobre “un masculino inconsciente en la vía pública”.
Consultada sobre el estado de la víctima, sostuvo: “Tenía manchas de sangre en la nariz y la boca, pero no era abundante. No tenía camiseta, sí pantalón. Estaba tendido en el suelo y había mucha gente alrededor. Nadie me explicó qué era lo había sucedido”. Sobre las lesiones en rostro y cuello de la víctima, la testigo dijo que eran hematomas grandes y longitudinales.
“Se veía una marca atípica, rara, en forma de zigzag del lado de la mejilla”, dijo en referencia a la lesión compatible con la zapatilla luego atribuida a Máximo Thomsen.
También dará su testimonio Diego Duarte, el autor de la autopsia.