Esta mañana declaró en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa Andrea Ranno, empleada del hotel “Inti Huasi” que vio fugarse a los rugbiers y dio aviso de inmediato a la policía.
La mujer dijo que entre las 4:45 y 5 de la mañana siempre sacaba la basura. Ese día, realizó la misma actividad solo que escuchó un murmullo especial.
“Vi un grupo de gente que estaba contra las rejas del súper. Pensé que estaban borrachos y que querían romper un vidrio, algo que pasa habitualmente en enero en Gesell. Volví a trabajar y a los segundos escuché pasos muy fuertes, llamativamente fuertes, en la arena. Me volví a asomar y vi un chico que venía casi trotando. De atrás lo seguían como ocho y diez chicos. Lo primero que pensé fue que los de atrás eran una patota que perseguían a los de adelante para dársela”.
“‘Pará, espéranos’, le decían. Ellos no me vieron pero yo a ellos sí. Y los escuché: se venían riendo y festejando. Estaban contentos. ‘Le rompí toda la jeta’, dijo uno”.
Describió a Máximo Thomsen como “sacado” y “fuera de sí”. “Iba con la cabeza baja y los puños cerrados”. También identificó a Matías Benicelli como quien corría atrás, “el de rodetito”.