A mediados de febrero, más precisamente el miércoles 16, la vida de Rubén Martínez cambió para siempre.
Eran cerca de las 3:00, cuando un grupo de vecinos del barrio en el que vive, La Floresta, se manifestaban a los gritos, impidiendo que los lugareños pudieran descansar.
Amablemente, Rubén fue hasta la vivienda desde donde provenían los gritos, y le pidió a Hernán Caramía si podía hacerle el favor de bajar el volumen. Lejos de que todo quedará ahí, la situación se tornó sumamente violenta.
Caramía no tomó de la mejor forma el pedido de Martínez, y le tiró un golpe a Rubén. Este último lo esquivó, y logró defenderse. Acto seguido, el hermano del Hernán y un tercer sujeto descargaron toda su bronca hacia el joven, que lo único que pedía era poder descansar junto a su familia.
Luego de una sangrienta pelea en la barriada mencionada, y que afortunadamente terminó gracias a la intervención de otro vecino, a Martínez lo debieron asistir en el Hospital Central.
“Me trasladaron al Hospital Central y ahí me constataron las lesiones”, recordó el hombre que sufrió múltiples fracturas y “patadas en la cabeza”, mientras uno de los agresores “me tenía sujetado”.
Posteriormente se trasladó a la Oficina Fiscal N°18 de la comisaría 44 de Guaymallén, donde radicó la denuncia correspondiente.
El tiempo fue pasando, y si bien el también fue denunciado por los Caramía por agresión, la situación estuvo lejos de calmars. Inclusive, según relató a quien escribe estas líneas, “le saben gritar cosas a mi mujer y a mi suegra cuando pasan cerca de su casa”.
El último lunes, en horas del mediodía, Caramía vio que Rubén ingresaba a su domicilio y fue tras el.
Tal cual refleja el video que acompaña este artículo, Martínez se negó a dialogar con quien tuvo serias diferencias en febrero.
Las imágenes son claras, y puede apreciarse como el hombre impide el diálogo con su vecino, al que solamente le manifestó: “Yo no puedo hablar con vos, a mí en el juzgado me dijeron que no pudo hablar con vos”.
Esta respuesta irritó, una vez más, a Caramía que lo amenazó: “Te voy a matar el guacho”, se lo escucha decir, en una clara amenaza hacia la hija de Rubén, una criatura de tan solo 16 meses.
“Si no hablas conmigo, vas a hablar con San Pedro”, le expresó el ofuscado hombre mientras se alejaba del lugar.
“Bajá porque te voy a matar, vení, bajá“, expresaba el sujeto, que tomó una piedra con la que intentó agredir a Rubén.
A los segundos, molesto aun, descargó su furia con el vehículo de Martínez: “Me rompió los vidrios del auto, me tiró un piedrazo y rompió todo. Me ha perjudicado porque necesito el auto para trabajar”, agregó la víctima.
Después, según contó, la policía llegó hasta el lugar de los hechos y nada pudo hacer. “Se metió en su casa cuando vio que llegó el patrullero. Después el padre salió con él y no volvieron más”.
“Desde febrero he estado esperando que la Justicia me proteja y ahora paso esto, tengo que buscar alguna forma de estar seguro”, dice con bronca Martínez, uno de los tantos mendocinos que está defraudado del sistema judicial de nuestra provincia.