El asesinato del vendedor ambulante nigeriano, Alika Ogorchukwu, en plena luz del día en el centro de la ciudad italiana ha conmocionado al país debido a la indiferencia de quienes pasaban por la escena del crimen.
Ogorchukwu, que tenía 39 años estaba casado y tenía un hijo de 8 años, el pasado viernes por la tarde murió a manos del italiano, Filippo Claudio Ferlazzo, quien se encuentra detenido y acusado de un homicidio voluntario y robo, dado que se llevó el teléfono de la víctima.
El vendedor ambulante se encontraba en el centro cuando fue agredido por Ferlazzo. Según los medios de comunicación, éste comienza a agredirlo como reacción a un comentario que la víctima habría hecho sobre su novia.
De esta forma, se desencadenó una pelea en la que el italiano asestó varios golpes con la misma muleta de Ogorchukwu hasta tirarlo al suelo y después se puso sobre él hasta acabar con su vida, como se aprecia en los videos de los testigos.
La agonía de la víctima duró entre tres y cuatro minutos, sin que nadie hiciera nada. Ninguna de las personas que presenciaron la agresión intervino.
El agresor fue detenido y alegó problemas psiquiátricos. Al mismo tiempo, dijo que había atacado a Ogorchukwu porque había pedido “insistentemente” limosna y porque había agarrado del brazo a su novia.