El primer ministro italiano, Mario Draghi, renunció este jueves de manera definitiva luego de perder el apoyo de tres de las fuerzas que formaban la coalición de Gobierno por las tensiones sobre la conformación de la alianza y, en un escenario que refuerza a los partidos de derecha, fuerza al país a un adelantamiento de las elecciones.
Draghi presentó su renuncia al presidente Sergio Mattarella tras haber obtenido el apoyo de solo 95 de los 321 senadores del país por la reticencia de las derechistas Liga y Fuerza Italia y la centrista Movimiento Cinco Estrellas a dar el “voto de confianza” para la continuidad del Ejecutivo, como había reclamado el premier horas antes.
“El Presidente de la República, Sergio Mattarella, recibió en el Palacio del Quirinale al Presidente del Consejo de Ministros, Profesor Mario Draghi, quien, luego de haber informado sobre la discusión y votación del miércoles en el Senado, reiteró su renuncia y de la Gobierno que preside”, informó el secretario general de la presidencia italiana.
“El Presidente de la República ha tomado nota de ello. El Gobierno permanece en funciones para el tratamiento de los asuntos de actualidad”, agregó Ugo Zampetti en un comunicado.
La Presidencia informó que Mattarella recibirá durante las próximas horas a la presidenta del Senado, María Elisabetta Alberti Casellati, y luego al de Diputados, Roberto Fico, para escuchar su opinión antes de poder avanzar en la disolución de las Cámaras, como pide la Constitución en el artículo 88, antes de formalizar el primer paso hacia el adelantamiento de las elecciones, previstas originalmente para marzo de 2023.
Draghi, que este mismo jueves se reunió con los presidentes de las dos Cámaras tras presentar su renuncia, decidió no explicar directamente al Parlamento su renuncia una vez más y delegó el último saludo en Fico.
Una vez que en las próximas horas Mattarella confirme el adelantamiento electoral, los comicios podrían darse en algún domingo entre el 18 de septiembre y el 9 de octubre, respetando el artículo 61 de la Constitución que pide que se convoquen a nuevos comicios “dentro de los 70 días posteriores” a la disolución.