La fábrica de automóviles Tesla, cuyo dueño es Elon Musk, está probando una batería para autos eléctricos que podría durar hasta 100 años. La misma contiene litio, níquel, manganeso, cobalto y grafito artificial.
Según las pruebas realizadas por los autores de este trabajo publicado en la revista Journal of The Electrochemical Society, esta batería ofrece “una capacidad superior de retención” comparada con las de lifio ferrofosfato (LFP), que tan de moda se han puesto por su menor coste.
Lo bueno de este tipo de batería es que reduce notablemente los costes de producción y el precio de venta de un vehículo eléctrico.
Es importante aclarar que Tesla está haciendo la investigación este aparato que dura un siglo junto con la Universidad de Dalhousie.
Si este proyecto sigue creciendo a este ritmo, el miedo existente por parte de posibles compradores sobre la durabilidad de una batería pueden quedar de lado y la industria daría un paso gigante que puede ser clave para el crecimiento acelerado que ya tienen los autos eléctricos.
