La final de la Champions League, entre Real Madrid y Liverpool, se postergó por fuertes disturbios en las afueras del estadio. El compromiso lleva retrasado más de 20 minutos.
Fanáticos del Liverpool llegaron al estadio con entradas falsas, intentaron saltar las vallas e impidieron la organización para el ingreso del público, lo que dejó a muchos afuera de las gradas a pocos minutos del inicio del gran partido.
A raíz de esto, se tomó la decisión de demorar su comienzo un cuarto de hora y así darles tiempo a los que tienen tickets verdaderos a acomodarse en sus respectivos asientos.