La obra “Salsa Criolla”, en la que Enrique Pinti brilló con sus monólogos, fue la que lo llevó al actor a la consagración y a generar un gran éxito en el público, con diez temporadas en escena, unas 3.000 funciones que incluyó la de marzo a octubre en la Ciudad de Buenos Aires y temporadas de verano en Mar del Plata y más de tres millones de personas que se deleitaron con ella y que aún recuerda el emocionante final con la canción “Quedan los artistas”.
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Sin embargo, el arranque no fue color de rosa, porque si bien la obra fue estrenada el 15 de marzo de 1985, con texto, letras, dirección y protagónico del capocómico y música de Gregorio Vatenberg, coreografía de Juan Carlos Iglesias y producción de Buddy Day, estuvo repleta de complicaciones.
“Enrique había escrito Salsa criolla, y yo fui con ese proyecto a verlo a Alberto González al teatro Maipo, fui a ver a Julio Gallo al Astral, pero nadie, ningún empresario me quería dar una sala para Enrique Pinti porque no creían en el proyecto”, recordó Cipe Fridman, su mano derecha, persona fundamental en la carrera de Pinti.
El elenco original lo completaban Omar Lopardo (por aquel entonces Sergio Lupardo), Juan Carlos Iglesias, Mirta Wola, Patricio Vargas, Patricia Browne, Patricia Sánchez, Ariel Tejada, Juan Carlos Carbajal, Guillermo Ortiz y Zoraida Fontelara.
También fueron parte del repertorio Gustavo Moro, Mirta Wola, Reynaldo Arias, Mario Suárez, Juan Carlos Carabajal, Marcela Castro, Valeria Robles, Diego Funes, entre otros.
El día del estreno todos quedaron encantados con la obra, con los cuadros musicales, con el texto, con las coreografías, pero todos coincidieron en que el monólogo final estaba de más, que no le sumaba nada al espectáculo.
“Todos menos Tato Bores, quien le dijo que no toque eso. Y sí, el éxito de Salsa criolla se debió en gran medida al último monólogo porque la gente iba a ver la obra una vez por año para escuchar lo que Pinti iba agregando y actualizando a medida que la realidad cambiaba”, reveló Fridman, quien aseguró que las condiciones de la obra no cambiaron a pesar del éxito descomunal, que incluía la tertulia (parte más alta de la sala), esa herradura de madera superior en la que entraban unas 64 personas extras que durante años no había estado habilitada.
El 7 de enero de 1994 la obra fue llevada a Mar del Plata por primera vez.
Uno de los monólogos en “Salsa Criolla” Pinti lo hacía pedaleando en una bicicleta fija, en alusión a la “bicicleta financiera”, durante casi diez minutos: “Así se hace mierda un país, con la plata dulce, con la bicicleta financiera”.
Pinti estrenaba sus obras en enero y continuaba sin parar hasta octubre con esas ocho funciones semanales repletas.
Asimismo, durante los domingos de verano, que la obra comenzaba más temprano, a las 19:00, ya había gente haciendo cola para poder entrar, con 35 grados de calor.
De las 3.000 funciones hechas, solo suspendió una sola y fue por una afonía.
Fuente: NA