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No pueden controlar una fiesta clandestina… ¿cómo van a controlar la minería?

Un debate que está a punto de regresar a la provincia. Preguntas inquietantes.

Uno no está en contra de la minería. Todo lo contrario. Entiende que la matriz productiva de Mendoza está hecha papilla.

Por otro lado, existe aquello que denominan “minería responsable”, que intenta cuidar y resguardar el medio ambiente. Lo aplican países del primer mundo. Con éxito y eficacia.

Pero vivimos en Argentina, donde nadie controla nada. Nunca. En Mendoza, menos aún.

Basta caminar un rato por el centro mendocino para darse cuenta: cada uno hace lo que le viene en gana sin que nadie le diga nada.

El caso de los automóviles es el mejor ejemplo. Cada uno estaciona donde quiere, no importa si hay un cartel restrictivo de “prohibido” o “reservado para discapacitados”.

Ni hablar de los que ponen sus vehículos sobre la vereda, como si estas fueran de ellos. Las imágenes abundan. Y valen más que mil palabras.

Ni hablar de las fiestas clandestinas en medio de la pandemia feroz del coronavirus. Son la postal de que a nadie le importa nada. Y que ninguno purga pena alguna por ello.

Por eso, cuando se habla de la “minería responsable” en Mendoza, uno se interroga: ¿Quién va a controlar? ¿Cómo? ¿A quién?

Uno se lo preguntó hoy mismo al intendente de Malargüe, Juan Manuel Ojeda, tan suspicazmente afecto a habilitar esa actividad en su departamento. “¿Cómo van a controlar la minería si no pueden controlar una fiesta clandestina?”.

La respuesta sorprendió al director de este diario: “Nosotros tenemos una calidad ambiental muy buena en el departamento. Estoy convencido de que la participación ciudadana permite el mejor control”.

¿Participación ciudadana? ¿Tal será el control a la minería? ¿En serio?

No hay mucho más para agregar. Lo que deba decirse se dirá cuando retorne el debate por la minería en la provincia, en las próximas semanas.

Será interesante y revelador. Porque justo se cumple un año de aquella movida ciudadana contra la reforma de la 7722 que impulsó Rodolfo Suarez apenas asumido como gobernador.

En ese contexto, jamás hay que olvidar aquella frase de Karl Marx: “La historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia y la segunda en forma de farsa”.

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